España es, desde este jueves, el séptimo país del mundo que legaliza la eutanasia y regula el suicidio asistido. Esto ha generado una cascada de reacciones: la mayoría positivas y unas cuantas -de los provida- en contra. Aun así, la medida aprobada por el gobierno de Sánchez tendrá ciertas condiciones y requisitos para aquellos pacientes que decidan solicitarla.
La ley, que se aprobó en el Congreso de los Diputados con el rechazo de PP y Vox (202 votos a favor, 141 en contra y 2 abstenciones), ha sido aprobada por fin para satisfacción de asociaciones y personas particulares que incansablemente trabajaron para que llegara este día. La principal intención de estos colectivos era hacer compatible el derecho a la vida con el derecho a la dignidad, la libertad o la autonomía de la voluntad.
3NO ES UNA DECISIÓN PARA TOMAR A LA LIGERA
Aún así, después de la segunda solicitud debe haber una nueva reunión entre ambos. Será este médico quien autorizará el proceso, antes, tiene que pedir la opinión de un facultativo formado en el «ámbito de las patologías que padece el paciente» pero que no sea de su «mismo equipo del médico».
Asimismo, la comisión de evaluación autonómica (cuya formación está especificada también en la norma) deberá elegir a dos expertos (uno de ellos jurista) que evalúen el caso. Ambos expertos deben de estar de acuerdo en su decisión, ya que, de lo contrario, será el pleno de la comisión quien la tome. Del mismo modo, este texto recoge que los profesionales sanitarios directamente implicados en esta prestación «podrán ejercer su derecho a la objeción de conciencia», un reparo que «deberá manifestarse anticipadamente y por escrito».