Dicen por ahí que «Lo cortés no quita lo valiente». Este es uno de los aforismos más destacados para que vayas a la casa de alguien como invitado y te mantengas a la altura. No importa qué tanta confianza tengas con alguien, siempre has de saber qué hacer o no cuando una persona te abre las puertas de su hogar. Y es que, el día de hoy, te haremos mención de lo que nunca debes hacer con el fin de que tampoco quedes mal parado.
Puede que haya personas que no le hacen mucho caso que digamos a estas actitudes. Sin embargo, lo más importante es de qué forma estás llevando tus hábitos. Siempre es necesario que los mantengas como tu columna vertebral. Es así, como marcarás la diferencia con el resto, en aras respetar la privacidad de los demás, mientras habla bien de ti como ser humano.
1No llegues con las manos vacías a una casa como invitado
Es una de las reglas que debes eliminar de tu vida, llegar a casa de alguien con las manos vacías. Esto implica, que una vez recibas algún tipo de invitación para el hogar de cualquier persona, tengas al menos un presente para ofrecerle.
No se trata de lujos ni siquiera aparentar de que tienes mucho dinero, sino que es una noble acción como muestra de agradecimiento que la persona lo recibirá con mucho aprecio. Generalmente, puedes adaptarlo a la situación; sin son amigos, una botella de vino nunca falla, chocolates o hasta dulces que sepas sean de la preferencia del anfitrión. Son pequeños detalles que marcan grandes diferencias.