Los salmones han recuperado su hábitat natural en el río Nansa, gracias al ascensor construido por la empresa Acciona en la presa de Palombera, para que ejemplares de esta especie puedan regresar a la zona de desove de Cosío.
En sus primeros meses de funcionamiento, ha transportado 126 salmones y 656 truchas, entre diciembre y febrero fundamentalmente. Estrenó el ascensor una hembra de 78 centímetros y 4,42 kilos que fue trasladada al Centro Ictiológico de Arredondo, al igual que otros siete ejemplares.
El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, ha visitado este jueves la instalación, proyectada para contribuir a la mejora del ecosistema de la cuenca y la protección de la biodiversidad de sus entornos.
Tras un recorrido por el lugar, Blanco ha destacado la importancia de esta infraestructura para fomentar la conservación del salmón como un «excelente» indicador de la calidad fluvial de Cantabria y contribuir a extender su presencia por toda la región, para que todos los ríos de la vertiente cantábrica recuperen su condición de salmoneros.
De hecho, el titular del departamento ha asegurado que esta infraestructura supone «un antes y un después» en la historia de la especie de Cantabria, al revertir la situación del que siempre fue considerado como «uno de los mejores ríos salmoneros de Europa«, y gracias a las «magníficas» instalaciones construidas por Acciona y la capacidad del ascensor para eliminar barreras en el recorrido estacional de esta especie río arriba.
Y es que permitirá a los salmones regresar a la zona histórica de desove de Cosío. Su regreso al mar se realizará mediante una escala de peces rehabilitada para su descenso. Todo ello se complementa con un sistema de monitorización del caudal ecológico en tiempo real y una estación de registro y medida de los niveles de agua en la cabecera del río.
«Después de tanto tiempo es una satisfacción volver a ver que el río Nansa recupera su esencia de río salmonero con una iniciativa valiosa y muy acertada que va a mejorar la calidad de vida de nuestros peces al tiempo que contribuir de manera efectiva a la lucha contra el cambio climático», ha subrayado Blanco.
Ha aprovechado para poner en valor el papel que desempeña Cantabria como una región con una «gran tradición salmonera» que apuesta de manera «decidida» por la conservación de esta especie mediante la cría en cautividad y su repoblación.
CENTRO ICTIOLÓGICO
Así, ha destacado la actividad que desarrolla el Centro Ictiológico de Arredondo, dependiente de su Consejería, donde se producen anualmente una media de medio millón de alevines de salmón para repoblar los ríos cántabros, de los cuales 150.000 son marcados de manera individual por parte de los empleados del centro.
En este sentido, ha recordado que Cantabria cuenta desde 1996 con el Plan de Estudio y Mejora del Salmón Atlántico con el que se realizan un programa de repoblaciones en las cuencas salmoneras de la región como medida de refuerzo del desove natural.
En el acto también han participado la gerente de Medio Ambiente Natural de la división de Energía de Acciona, Alicia Lizarraga; el alcalde de Herrerías, Francisco Linare, y el subdirector general de Medio Natural, Ángel Serdio, informa el Gobierno.
La representante de Acciona ha destacado la importancia de la nueva infraestructura a la hora de habilitar la antigua escala de peces del Nansa, sin funcionalidad durante décadas, para el descenso de las crías del salmón desde el embalse hasta la desembocadura en el Mar Cantábrico.
De esta manera, se completa un sistema integral de paso de Palombera para el regreso de los jóvenes salmones hacia el mar hasta la madurez, cuando remontarán a su lugar de nacimiento.
«El objetivo es mejorar el ecosistema del río Nansa para facilitar el desarrollo, la permanencia y la migración de las especies piscícolas, especialmente los salmones», ha afirmado Lizarraga.
FACILITAR EL PASO DE LOS PECES
Acciona, propietaria de la presa de Palombera, ha desarrollado en el río Nansa y dentro de un convenio de colaboración con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), una infraestructura que consta de un ascensor, dos escalas en los azudes (presas pequeñas) de Celis y Vendul, un sistema de monitorización del caudal ecológico en tiempo real y una estación de registro y medida de los caudales en la cabecera del río.
En el caso de Celis y Vendul, se ha optado por la solución tradicional de las escalas de peces debido a que el desnivel a salvar es menor que en la presa de Palombera, de 20 metros de altura, donde se ha construido un sistema integral de remonte y descenso de peces.
De esta manera, el paso de Palombera y las escalas de Celis y de Vendul recuperan 50 kilómetros de los cursos del río Nansa y sus afluentes para el salmón y otras especies piscícolas.
FUNCIONAMIENTO
El ascensor se sitúa en la margen derecha del río Nansa, en el sentido de la circulación del agua, y los salmones atraviesan pequeñas balsas artificiales o artesas para introducirse en una cabina metálica sumergida en el agua que se eleva mediante un sistema de raíles hasta la parte superior de la presa, donde se pueden observar, medir y documentar las características del ejemplar antes de depositarlo mediante una red de canaletas en el embalse de Palombera.
El sistema de artesas en cascada genera un ‘efecto llamada’ que atrae a los salmones para que se introduzcan en la cesta del ascensor y la frecuencia de subida automática de la cesta se programa teniendo en cuenta el índice de paso de ejemplares y las distintas épocas del ciclo vital
Una vez en el embalse, los salmones pueden nadar aguas arriba a través de las escalas construidas en los azudes de Celis y Vendul, alcanzando así las áreas de desove documentadas en los anales históricos del río en el curso medio del Nansa y sus afluentes: Lamasón y Vendul.