El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha defendido este miércoles en el Congreso de las «insinuaciones miserables» de PP, Ciudadanos (Cs) y Vox por «traicionar» su anterior función como juez y «humillar» a las víctimas con el acercamiento de presos de ETA. En este sentido, ha desafiado en varias ocasiones a estos grupos para que acudan a los tribunales si consideran que está vulnerando la ley.
En una sesión de control al Gobierno con constante intercambio de descalificaciones, Grande-Marlaska ha censurado las «insinuaciones miserables» realizadas por PP, Cs y Vox, entendiendo que con todo ello lo que hacen estos grupos es poner en duda la supervisión de jueces, fiscales y trabajadores penitenciarios. El ministro ha respondido a dos preguntas y dos interpelaciones urgentes de Vox y Cs, que ha justificado la iniciativa «antes de que no quedan etarras por acercar».
«No debería presentar una iniciativa parlamentaria, debería llevarlo al juzgado», ha comentado Grande-Marlaska en respuesta a la interpelación defendida por el diputado de Cs Pablo Cambronero, al que ha acusado de incurrir en «falsedades, calumnias y mentiras» de forma «patética e incluso miserable» no sólo hacia él como ministro sino al «conjunto de instituciones». Antes ha acusado de «mala fe» a la diputada del PP Teresa Jiménez Becerril, afeándole que dijera que ETA no ha sido derrotada.
Grande-Marlaska ha defendido la «neutralidad» de las actuaciones en política penitenciaria a la hora de decidir traslados de presos de ETA y ha negado un pacto con EH Bildu al ser censurado por la elección de cinco etarras cada viernes para ser acercados al País Vasco. «Un pacto así implicaría una grave quiebra del Estado de Derecho», ha señalado antes de darle la vuelta al argumento de Cs para pedirle que se disculpara ante los funcionarios públicos.
NO HACE FALTA PERDÓN PARA ACERCAR A ETARRAS
El titular del Interior ha negado que para el acercamiento de presos sea necesario antes que los etarras pidan perdón y colaboren con la Justicia, recordando que esto es exigencia para la progresión al tercer grado o régimen de semilibertad. «Cumplimos la ley», ha repetido, quejándose de los «bulos y calumnias» de quienes «no reconocen que la democracia venció al terrorismo».
El ministro del Interior ha señalado, también ante las críticas en la interpelación de Vox defendida por Francisco José Alcaraz, que los acercamientos de presos de ETA se enmarcan en la «política penitenciaria que establece el Gobierno en términos de legalidad», ya que para velar por esto están «jueces, fiscales y juntas de tratamiento».
Sobre la gestión de prisiones al País Vasco, ha añadido que se cumple el Estatuto y la Constitución. «No confunda, se cede la gestión, no la política penitenciaria», ha dicho. También ha repetido en varias ocasiones que la política penitenciaria persigue la reinserción social, pero matizando que no hay decisiones colectivas sino individualizadas en el caso de los presos de ETA.
PIN PARENTAL Y ENALTECIMIENTO
En respuesta a Vox, que le ha pedido que desclasifique las actas de negociación con ETA y ha prometido que aplicará la Ley de Partidos para sacar del Parlamento a EH Bildu, Grande-Marlaska ha subrayado su «compromiso» con las víctimas del terrorismo al recordar iniciativas como las unidades didácticas para llevar el testimonio de quienes se enfrentaron a ETA a los centros educativos.
«¿Van a aplicar aquí el pin parental?», ha preguntado Grande-Marlaska a Vox, añadiendo una crítica velada por el veto de la Comunidad de Madrid a una charla en un instituto de la ministra de Igualdad, Irene Montero, coincidiendo con el Día de la Mujer. «Ustedes pueden ir a los institutos, los demás no pueden ir para dar valores democráticos», se ha quejado.
Grande-Marlaska ha incluido en su intervención una alusión a su plan, expuesto con anterioridad en sede parlamentaria, para evitar los actos de homenaje a etarras al entender que «endurecer» el Código Penal con el delito de enaltecimiento del terrorismo no está dando los resultados esperados.
Para ello, ha recordado que su apuesta es modificar la ley de víctimas para imponer sanciones por la vía administrativa, algo que «no exploró el PP» cuando estaba en el Gobierno y que demandan algunas asociaciones, de ahí que haya subrayado la necesidad de alcanzar el consenso con los afectados y con los grupos parlamentarios.
PLANTE DE VOX Y MENSAJE FINAL
Los diputados de Vox han decidido dejar plantado al ministro cuando hacía uso de su último turno, levantándose de sus escaños para abandonar el hemiciclo y, luego, desde el pasillo, aplaudir la intervención del diputado Alcaraz, hermano de una víctima de ETA, lo que ha obligado a la presidencia a pedir que respetaran las normas.
El ministro, en su último turno, ha vuelto a acusar a Vox de representar la «extrema derecha» que antes estaba en el PP. Ante el plante, Grande-Marlaska ha recordado su salida del País Vasco junto a su marido, una decisión en la que «perdieron en lo personal y profesional». «No vinimos a fundaciones», ha dicho, en referencia velada al líder de Vox, Santiago Abascal.
Según ha recordado, desde su llegada a Madrid y como juez en la Audiencia Nacional no sólo trabajó contra ETA, sino que también fue objetivo de ETA. «Hubo varios planes de atentado, uno muy desarrollado», ha señalado, reconociendo que se siente «casi culpable» por aquellos otros atentados que sí acabaron con víctimas mortales, de ahí que haya defendido que su compromiso sigue siendo hoy a favor de «luchar contra todas las formas de terrorismo y de violencia».
«Eso no se olvida. ¿Cómo el Gobierno al que pertenezco va a humillar a las víctimas del terrorismo?», se ha preguntado antes de arrancar el aplauso de la bancada socialista, que ha devuelto el ministro del Interior en pie ya desde su escaño.