ONG y científicos piden una actuación conjunta para proteger las aves marinas

BirdLife International, varias ONG y organizaciones científicas piden una actuación conjunta para conservar la biodiversidad y una regulación a nivel internacional «exigente» para proteger las aves marinas en el «mar de nadie» o lo que es lo mismo, en alta mar, donde se calcula que viven el 40 por ciento de su vida.

Así lo manifiesta un estudio internacional que publica ‘Science Advances’ que expone la importancia de la alta mar para las aves pelágicas como albatros, petreles y pardelas.

El trabajo ha analizado información de seguimiento remoto de 5.775 aves de 39 especies en 87 enclaves de cría repartidos en todo el mundo. La ONG española SEO/BirdLife ha participado aportando la información sobre pardelas, cenicientas mediterránea y atlántica, y ha manifestado que comparte la inquietud por la necesidad de lograr una mayor protección para los océanos.

En el trabajo internacional han participado investigadores y conservacionistas. El artículo fue impulsado por BirdLife International y el Centro de Ciências do Mar e do Ambiente (MARE) del Instituto Universitario de Lisboa (Portugal), con el investigador Martin Beal al frente y cuenta con representación de investigadores de 16 países; varios de ellos españoles, pertenecientes al IRBio de la Universitat de Barcelona, el IMEDEA (CSIC-UIB), el CEAB (CSIC), y la EBD (CSIC), además de SEO/BirdLife.

Así, insiste en la «necesidad de cooperación internacional» para proteger en altar mar a albatros y petreles, al que el estudio define como el grupo de aves más amenazado del mundo y que vive el 39% de su ciclo vital en alta mar, un lugar donde ningún país tiene jurisdicción.

Los albatros y los grandes petreles forman parte del orden de aves marinas de los procelariformes, con 124 especies distribuidas por todos los océanos del mundo. Cerca del 50% de estas especies están en peligro de extinción debido a la introducción de especies invasoras en las colonias de cría, la captura accidental en pesquerías, la sobrepesca, la contaminación lumínica, el cambio climático, o la polución.

Además, refleja que estrategias vitales de estas aves marinas (ciclo de desarrollo muy largo, madurez sexual atrasada, baja fecundidad, fidelidad a los lugares de cría, etc.) las hacen extremadamente vulnerables ante estas amenazas tanto en el mar como en tierra firme.

Ante esta falta de protección legal para conservar las poblaciones de estas aves marinas, los científicos aseguran que será decisivo la gobernanza de los territorios de alta mar y aplicar sin excepciones los tratados de protección vigentes.

El miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales UB Jacob González-Solís ha indicado que, actualmente, una de las aves más perjudicadas por el impacto de la actividad pesquera es la pardela balear.

En el trabajo, los resultados muestran que estas aves marinas se desplazan regularmente a regiones de alta mar donde ninguna nación puede garantizar su conservación de forma adecuada.