Marlaska pide «desterrar» la violencia

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha pedido este viernes que se «destierre» la violencia, «que no está amparada por ningún derecho», en referencia a las protestas pidiendo libertad para el rapero ‘Pablo Hasél’ y también a la actuación en la que se detuvo a dos agentes fuera de servicio en Linares (Jaén) por dar una paliza a un vecino. «El uniforme está cargado de valores democráticos», ha señalado, antes de insistir que «la libertad de expresión no ampara la violencia».

Grande-Marlaska ha lanzado este mensaje en la Comisión de Interior en el Congreso para dar cuenta de la gestión por el temporal ‘Filomena’ y que inició con unas palabras de apoyo a los policías en los altercados por Pablo Hasél. Su intervención ha sido cuestionada por parte de la oposición, que le ha reprochado que no censurada directamente las palabras del portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, «alentando» la violencia.

En su segundo turno, el ministro ha dicho que los policías «saben» que cuentan con su apoyo siempre y que él no es partidario de ser «excesivo» en sus manifestaciones. «No me gusta el exceso porque creo que las palabras dejan de tener contenido y eficacia», ha dicho, sin aludir a las declaraciones de dirigentes de Unidas Podemos, socio del Gobierno de Pedro Sánchez.

Grande-Marlaska ha recordado que Interior mostró desde su cuenta de Twitter el jueves a primera hora el apoyo a los policías desplegados en tareas de seguridad ciudadana. Usó este medio porque, según ha dicho, no tenía actividad fuera de Ministerio y le parece un «exceso llamar a un cámara» para emitir sus opiniones.

ESCUCHAR LO QUE NO NOS GUSTA

Grande-Marlaska ha sostenido que la libertad de expresión obliga a escuchar «lo que no nos gusta e incluso aborrecemos», pero con «límites», y que esto puede tener respuesta penalmente o por otra vía. Lo anterior, no obstante, ha añadido que no puede «quitar importancia a los discursos del odio, que es la antesala de los delitos de odio».

«Yo siempre he criticado la violencia; ni el ejercicio de ningún derecho ampara la violencia», ha insistido. En este punto se ha dirigido al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, que previamente había hablado de los sucesos en Linares (Jaén) con la detención de dos policías fuera de servicio y enviados a prisión provisional por dar una paliza a un vecino en presencia de su hija de 14 años.

Sin querer «prejuzgar hasta que haya sentencia» estos hechos, Grande-Marlaska ha reflexionado sobre el «grado de impunidad» que podrían sentir esos dos policías fuera de servicio, destacando que «sus compañeros lo detuvieron inmediatamente y lo pusieron a disposición judicial y hoy están en prisión».

«Ese uniforme estaba cargado de valores democráticos, como los que están en la calle en funciones de seguridad ciudadana, estos tres días y cualquier día del año», ha defendido sobre los sucesos de Linares, reconociendo que el uso de postas de forma «puntual» se está investigando y que la Policía, como un cuerpo que «actúa en parámetros de legalidad», tiene sus mecanismos internos para contrarrestar posibles disfunciones.

Previamente, al inicio de su intervención, había expresado su apoyo a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que hacen frente a disturbios en varias ciudades en protesta por el encarcelamiento del rapero ‘Pablo Hasél’, lo que ha calificado de «una minoría que con un concepto equivocado de los derechos hace uso de la violencia». «Son actitudes injustificables», ha señalado.

CHUECA Y UN TUIT QUE FUE UN ERROR

La Comisión de Interior ha tenido momentos de tensión, sobre todo por las alusiones de la portavoz del PP, Ana Vázquez, a cuestiones como el papel que juega como asesor en el Ministerio el guardia civil y exdiputado de Podemos Juan Antonio Delgado o lo que ha interpretado como falta de contundencia para condenar la violencia en las calles, como sí hizo, ha dicho la diputada ‘popular’, con el expresidente de la Generalitat Quim Torra.

Grande-Marlaska la ha acusado de «no querer escucharle» y también ha aprovechado para «desahogarse» por una mención que hizo la diputada del PP a si estos días en los que ha estado «desaparecido» ha vuelto a un bar del madrileño barrio de Chueca, en alusión a un episodio del que le han preguntado otras veces al ministros durante los altercados en Cataluña en apoyo a los presos del 1-O.

Grande-Marlaska ha afeado la «mala baba» en el uso del término Chueca y Ana Vázquez le ha pedido perdón por si le había molestado. El ministro ha reiterado que sí, que se sentía molesto porque ya explicó que salió a cenar a un bar de Chueca durante los disturbios por la sentencia del 1-O porque antes había «quitado» el cocinero del que disfrutaba el anterior titular del Interior, y que volvió a su despacho tras comer una hamburguesa.

Luego ha defendido su gestión «sin cámaras» al ir a la DGT durante el temporal ‘Filomena’, donde estuvo hasta altas horas de la madrugada supervisando la ayuda prestada a los coches atrapados por la nieve. «No estaba en un partido de fútbol», ha añadido, sacando a colación otra polémica, la de un temporal de nieve en la que el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido (PP) fue criticado por quedarse en Sevilla viendo en Sevilla-Betis.

«Cuando meto la pata, no me importa y lo reconozco», ha añadido en referencia al polémico tuit en apoyo a Salvador Illa como candidato del PSC por el que pidió disculpas y borró. «Llega un momento que uno necesita un poco de desahogo», ha concluido.