La inversión extranjera directa se desplomó en 2020 a consecuencia del impacto de la pandemia, con una caída media del 42% a nivel global, hasta un volumen de 859.000 millones de dólares (705.659 millones de euros) desde los 1,5 billones de dólares (1,2 billones de euros) de 2019, situándose en mínimos desde los años 90, aunque en el caso de España el dato registró un aumento anual del 52% gracias a la adquisición de empresas por firmas extranjeras, según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).
«La inversión extranjera directa en España se elevó un 52% gracias a varias adquisiciones, como la compra del 86% de Masmovil por los fondos estadounidenses Cinven, KKR y Providence», señaló Unctad.
Sin embargo, el incremento observado en España o en otros países del Viejo Continente como Suecia, donde pasó de 12.000 millones de dólares (9.856 millones de euros) a 29.000 millones de dólares (23.819 millones de euros), fue una excepción a la tónica general en Europa, que perdió dos terceras partes de la inversión extranjera directa del año anterior, hasta registrar un saldo negativo de 4.000 millones de dólares (3.285 millones de euros), con un estancamiento del dato en Reino Unido.
De hecho, Unctad destacó que el hundimiento de la inversión extranjera directa en 2020 se concentró de forma particular en las economías avanzadas, donde la caída anual fue del 69%, hasta 229.000 millones de dólares (188.121 millones de euros), con un retroceso del 49% en Estados Unidos, donde sumó 134.000 millones de dólares (110.093 millones de euros).
De este modo, China desbancó a Estados Unidos en 2020 como principal receptor de inversión extranjera directa en el mundo, con un volumen total de 163.000 millones de dólares (133.875 millones de euros), lo que implica un avance del 4% respecto del año anterior.
Las economías en desarrollo, a pesar de sufrir una caída agregada del 12% en la inversión extranjera directa, hasta 616.000 millones de dólares (505.935 millones de euros), consiguieron elevar su cuota dentro del volumen mundial de inversiones recibidas hasta un récord del 72%.
En este sentido, Unctad señaló la dispar evolución entre continentes, con un crecimiento de las inversiones del 4% en Asia, mientras que en África disminuyeron un 18% y el Latinoamérica y el Caribe bajaron un 37%.
De cara a 2021, la agencia de la ONU advirtió de que las inversiones mantendrán la debilidad, anticipando que la recuperación del indicador no se producirá antes de 2022.
A este respecto, Unctad no espera que los flujos en 2021 se correspondan con nuevas inversiones en activos productivos, sino que procedan de fusiones y adquisiciones transfronterizas, especialmente en los sectores tecnológico y sanitario, señalando que se prevé que las empresas europeas atraerán más del 60% de los acuerdos en términos de valor en el sector tecnológico.
«Los efectos de la pandemia sobre la inversión persistirán», dijo James Zhan, director de la división de inversiones de Unctad. «Es probable que los inversores se mantengan cautelosos al comprometer capital en nuevos activos productivos en el extranjero», añadió.