WWF pide el cierre de las 32 granjas de visones americanos en España

La organización ecologista WWF ha denunciado que no se puede esperar más tiempo para cerrar las más de 30 granjas de visones americanos que existen en España, principalmente en Galicia, porque «son una bomba biológica» debido a que pueden ser una fuente de propagación del SARS-CoV-2 (COVID-19) y además son «una de las especies más invasoras que existen».

Según la responsable del programa de especies de WWF España, Gemma Rodríguez, cada vez son más los países que ordenan el cierre de este tipo de granjas, como Holanda, que ha sido el último país que ha adelantado el cierre a 2021, y se suma a otros como Austria, Croacia o Reino Unido, sin embargo, España «se está quedando atrás», lo que pone en riesgo la salud humana y la del medioambiente.

«El visón americano es una especie salvaje y de alto riesgo que ya se sabía que podía contraer y contagiar enfermedades como la del coronavirus. Se trata de una especie invasora que escapa de las granjas en las que viven hacinados junto a otros ejemplares de la misma especie o diferente», ha asegurado Gemma Rodríguez.

El grupo WWF cuenta con la campaña ‘Cierre de las granjas de visón ¡ya¡’ debido a que «sobran los motivos» para realizar esta petición por su «alto impacto ecológico». Esta especie también es capaz de desplazar a especies autóctonas, como ha ocurrido en España con el visón europeo, la rata de agua o la trucha común, especies ligadas a cursos de agua.

En la actualidad, tal y como ha recordado Gemma Rodríguez, el visón americano está presente en un tercio del territorio español y debido a su interés peletero ya ha sido introducida en varios países del mundo, por lo que ya tiene presencia en tres de los cinco continentes.

Durante la rueda de prensa on-line, que se ha celebrado este martes WWF, la organización ha contado con dos científicos especializados en sanidad animal como son el investigador en Epidemiología Veterinaria, Ignacio de Blas, y la viróloga veterinaria del centro de investigación en sanidad animal (NINA-CISA), Elisa Pérez Rodríguez.

Por su parte, Ignacio de Blas, ha ofrecido los datos que la Organización Mundial de Sanidad Animal ha difundido durante estos últimos meses para confirmar que el 60 por ciento de las enfermedades humanas infecciones son zoonóticas y de cinco enfermedades nuevas humanas que aparecen cada año, de Blas ha reconocido que tres son de origen animal.

Al mismo tiempo, ha recordado que la actual pandemia no ha sido el primer coronavirus que se desarrolla en la historia y ha destacado coronavirus relacionados con caballos, porcinos, bovinos o «modelos muy similares al SARS-CoV-2».

«Explotaciones intensivas como las granjas de visón americano, donde hay decenas de miles de animales hacinados en jaulas pequeñas, son un lugar perfecto para que se desarrollen y prosperen estos virus y otros patógenos», ha señalado Ignacio de Blas.

Por último, Elisa Pérez, ha explicado que los visones americanos son «muy susceptibles» a virus respiratorios humanos y se ha demostrado que excretan altas cantidades del virus en la saliva y en las heces, por lo que «el virus en ellos se extiende de una manera muy rápida», y ha apuntado la viróloga que, de los ochos principales países productores de pieles de visón, siete han tenido algún caso de COVID-19 en algún ejemplar.

Los casos más llamativos se han dado en Dinamarca (290 brotes) y Holanda (70 brotes), que en este último caso, son más de la mitad del total de granjas en el país (120) y se ha estudiado que el 68 por ciento de los trabajadores de las granjas se han infectado.

«El comportamiento del virus en las granjas de visón americano ha demostrado ser muy preocupante, ya que se han detectado brotes en 398 granjas en las que el coronavirus ha afectado a miles de animales. Esta ha resultado ser la única especie animal que ha sido capaz de contagiar a las personas», ha advertido Elisa Pérez.

Por ello, ha aclarado que lo que se debe hacer es una vigilancia activa, con el estudio de PCRs periódicas, así como tener un gran control de trabajadores y visitantes además de una bioseguridad estricta.