El BNG no participará en los actos programados en el Congreso

El diputado del BNG Néstor Rego no participará en ninguno de los actos protocolarios organizados en el Congreso de los Diputados con motivo del Día de la Constitución, que se celebra este domingo 6 de diciembre.

De ello ha informado en un comunicado remitido a los medios, en el que reclama soberanía para Galicia frente a una Carta magna que, según denuncia, «consagra una monarquía anacrónica y corrupta, que limita derechos democráticos esenciales y niega la existencia de naciones como Galicia y su capacidad para decidir de forma soberana».

De este modo, el BNG considera fracasado el actual marco constitucional, «marcado por la corrupción de la monarquía y de las elites políticas y económicas y que actúa como corsé que lastra el futuro del país».

Rego ha sostenido que el texto constitucional es esgrimido sistemáticamente para coartar derechos y libertades públicas y, muy especialmente, para negar derechos colectivos fundamentales como el de autodeterminación de las naciones que forman parte del Estado.

«Galicia necesita tener capacidad de decidir por sí propia de manera soberana como única forma para poder desarrollarse plenamente desde el punto de vista social, económico, político y cultural para poder mejorar la calidad de vida y el bienestar de todos los gallegos», indica.

Con todo, censura que la Constitución niegue «rotundamente» esa posibilidad y «condene» a Galicia a la «dependencia y marginación permanente». «Es necesaria la ruptura con el régimen constitucional español para avanzar en democracia y en bienestar», señala.

El BNG destaca que el problema es la dependencia política establecida por una Constitución que propicia un diseño centralista. «Está demostrado, cuanto más centralismo, más desigualdad. Frente a eso, la respuesta es confiar en nuestras propias fuerzas», ha recalcado Rego, que ha asegurado que la solución a los problemas de Galicia no llegará de Madrid.

Por último, ha criticado que, en el momento en el que está siendo más cuestionada la institución monárquica, Felipe de Borbón asuma claramente posiciones «concomitantes con la ultraderecha y el ultraespañolismo».