Lentejas: cómo hacer (fácil) la receta tradicional para gozarlo este invierno

Pocas recetas tan nutritivas, completas y deliciosas al mismo tiempo. Las lentejas de toda la vida son una excelente fuente de vitaminas y proteínas y de sustancias muy necesarias para mantener nuestro organismo en perfecto estado. Aunque es un plato que entra bien en cualquier época del año, no hay duda de que un buen plato de cuchara  se agradece especialmente en los meses de frío. Es decir, en ningún otro momento del año entran tan bien las lentejas como en esta época del final del otoño y en los meses de invierno.

“Lentejas, comida de viejas. Si las quieres las comes y si no las dejas”. ¿A quién no le ha dicho eso su madre o su abuela de niño? Aunque hacer lentejas tiene su truco y su secreto, y la receta admite infinidad de variaciones y de toques personales según los gustos de cada uno, la forma tradicional de cocinarlas no tiene mayor complicación. Vamos a repasar paso a paso cómo podemos preparar una deliciosa pota de lentejas a la forma tradicional. Además, puedes preparar lentejas en abundancia y tener comida para varios días.

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Ingredientes para hacer lentejas

Lentejas

Antes de ponerte a cocinar las lentejas vas a tener que hacer una visita al supermercado, pues son unos cuantos los ingredientes necesarios para hacer el plato. También es cierto que cada uno puede optar por eliminar alguno de los ingredientes, por ejemplo el chorizo o el tocino si no le gusta o si sigue una diete vegetariana. Lo primero que necesitas, por supuesto, son unos 500 gramos de lentejas que serán la base del plato.

Apunta también en la lista de la compra que necesitarás pasar por la frutería a por lo siguiente: una cabeza de ajo, dos cebollas, tres tomates, un pimiento verde, medio pimiento rojo y dos zanahorias. A modo de compango le vamos a echar a las lentejas chorizo, morcilla y tocino. Y, para rematar, necesitamos tener a mano algo de pimentón dulce, sal, pimienta, perejil y dos hojas de laurel para darle más sabor. Además, huelga decirlo, necesitaremos aceite y agua para cocer las lentejas. 

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Manos a la obra

Lentejas

Hacer lentejas requiere un poco de anticipación. No puede uno decidir sobre la marcha ponerse a hacer lentejas, porque no le van a salir ni le va a dar tiempo. Y es que, para poder cocer en condiciones las lentejas, es necesario dejarlas en remojo toda la noche anterior al cocinado en agua limpia. Cuando vayamos a cocinarlas, eso sí, debemos cambiar el agua. 

Pero antes de ponernos a hacer las lentejas en sí mismas tenemos que preparar el sofrito de tomate que las acompañará. En caso de vagancia extrema puede comprarse en el supermercado un sofrito ya hecho, pero siempre es mucho mejor dedicarle un rato a hacer uno casero. De este modo, las lentejas serán mucho más sabrosas y, además, disfrutaremos de los beneficios de las verduras que componen el sofrito.

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El sofrito y lo demás

Lentejas

Cogemos entonces una olla y vertimos en ella tres dientes de ajo, una cebolla, los pimientos verdes y el rojo, dos tomates bien troceados, un poco de sal y un chorro de aceite. Remuévelo todo bien y, durante una hora aproximadamente, deja que se vaya cocinando a fuego lento sin ponerle la tapa a la olla. 

Cuando veamos que ya está listo, es hora de pasar a cocinar las lentejas. En la misma olla en la que estamos haciendo el sofrito echamos los 500 gramos de lentejas, las hojas de laurel, otra cabeza de ajo entera, una cebolla y un tomate también enteros, las zanahorias peladas y cortadas en rodajas, el perejil a gusto del comedor y el compango (chorizo, tocino, morcilla…lo que a cada cual le guste). 

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El toque final

Lentejas

En este punto también, y depende del gusto de cada uno, es cuando se debe añadir también un pellizco de pimiento y de pimentón dulce para realzar el sabor del plato. Una vez que estén todos los ingredientes en la olla echamos agua, la justa y necesaria para que todo quede cubierto. Ponemos la cocina a fuego medio y esperamos a que empiece a hervir el agua.

Una vez que llegue a ebullición, es el momento de bajar el fuego y dejar ahí todo haciéndose durante una hora aproximadamente. Durante todo ese tiempo conviene estar pendiente de cómo evoluciona el plato, ir removiendo un poco de cuando en cuando y echando más agua si es necesario. Esto último es importante, pues en caso de el agua vaya esfumándose nos quedarán unas lentejas muy secas y poco sabrosas. 

En cuanto esté listo, conviene servir las lentejas calientes, que es como realmente se disfruta este plato. Así tal cual están ya deliciosas, pero se pueden acompañar con un poco de arroz blanco y estarán igualmente para chuparse los dedos. ¡A disfrutar!

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