La UIMP rememora la figura de su exrector Ernest Lluch

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha rendido homenaje este viernes a Ernest Lluch, exrector de esta universidad durante seis años (1989-1995), en el vigésimo aniversario de su asesinato por la banda terrorista ETA.

En el acto, celebrado en Santander, en el Paraninfo del Campus de la UIMP en Las Llamas, se ha recordado la figura del político e intelectual, que fue ministro de Sanidad y Consumo en el primer Gobierno socialista, con la proyección del documental ‘Ernest Lluch, libre y atrevido’, dirigido por Josep Morell y Jordi Vilar.

El trabajo hace un viaje personal e íntimo a la figura personal y política de Ernest Lluch de la mano de amigos, compañeros, periodistas y familiares que lo conocieron.

Después de la proyección ha tenido lugar un coloquio virtual, emitido en directo por el canal de YouTube de la UIMP, en el que han participado el ministro de Universidades, Manuel Castells; la rectora de la UIMP, Mari Luz Morán Calvo-Sotelo, y Eulália LLuch, su hija.

Castells, que era amigo personal de Ernest Lluch, ha recordado sus años en París, donde estudiaron juntos. «Nos encontrábamos en la biblioteca de la vieja Facultad de Económicas, en la Plaza del Panteón de París. Compartíamos afiliación política. Yo estaba exiliado y Ernest, que podía viajar a Barcelona, hacía de correo de los exiliados con los socialistas catalanes, con gran riesgo para su persona».

«Fue una gran persona y un excelente académico que unía el rigor de la teoría económica con el sentido práctico de la aplicación de esa teoría a la práctica, lo que hizo que tuviera una preparación perfecta como ministro de Sanidad, para poner las bases de la sanidad universal en España», ha añadido el ministro.

Por su parte, la rectora de la UIMP, cuyo padre, el exministro Fernando Morán, coincidió con Lluch en el primer Gobierno socialista, le ha recordado como «el creador de uno de los pilares fundamentales de nuestra democracia, como es un sistema sanitario público y universal.»

También ha destacado que fue «el gran hacedor del Campus de Santander de la UIMP, uno de los hitos más importantes de esta institución, así como de la reforma del Palacio de la Magdalena».

La intervención de Eulàlia Lluch se ha centrado en sus recuerdos con su padre en los Cursos de Verano de Santander. «Era un rector por las mañanas y un compañero, padre y amigo por las tardes. Para mi padre el diálogo era una manera de relacionarse. Formaba parte de su genética de profesor. No cabe duda de que estas habilidades las aprovechó para intentar solucionar problemas como el de la violencia en el País Vasco. Ernest Lluch y diálogo creo que son sinónimos», ha dicho.

En el coloquio, moderado por el vicerrector de Actividades Culturales, Extensión Universitaria y Campus de las Llamas de la UIMP, Andrés Hoyo, que ha remarcado que Lluch fue «un agitador de conciencias», Josep Morell, uno de los directores del documental, ha puesto de relieve que hay pocas figuras que levanten «una admiración casi unánime», lo que hace que España esté salpicada de calles, plazas o centros de asistencia primaria y educativos dedicados a él.

«Eso quiere decir que nos dejó algo muy positivo en la sociedad. Nos dejó huérfanos de una parte una parte del pensamiento que busca la construcción del diálogo», ha insistido Morell.

Por su parte, el catedrático de Política Económica y estrecho colaborador en su etapa de rector de la UIMP, Antón Costas, ha señalado que su relación con Lluch fue en primer lugar «de magisterio». «Me enseñó el rigor académico y científico y también un cierto atrevimiento a la hora de buscar explicaciones sobre los hechos que estás investigando».

«Era un trabajador incansable, me llamaba a las seis de la mañana para asegurarse de que no me dormía y que me ponía a trabajar. Era también un gran defensor de la razón ilustrada y quedó demostrado con la introducción del lema en la Universidad de Sapere Aude, atrévete a saber. Para la UIMP fue muy importante, fue la bisagra de una puerta que le hizo pasar de una etapa muy política a una etapa más intelectual, comprometido con los problemas de su país y del momento», ha finalizado.

Por su parte, Manuel Arrabal, trabajador del Departamento de Comunicación de la UIMP y que vivió de cerca la labor como rector de Lluch, ha recordado que «fue un rector inagotable y que nos ha dejado a todos una huella bastante fuerte y difícil de borrar.

Ernest Lluch fue asesinado por la banda terrorista ETA en el aparcamiento de su casa, el 21 de noviembre de 2000, cuando contaba 63 años.