Un repaso por los mejores anuncios de Coca-Cola con los que has crecido

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Desde que somos pequeños y empezamos a ir a los cumpleaños de nuestros amigos la bebida que siempre nos encontramos en todos esos cumpleaños es la Coca-Cola. También es verdad que vemos Fanta de naranja o de limón, aunque luego nos enteramos de que también son de Coca-Cola, eso es otra historia. Luego crecemos y ya algunos prefieren la Fanta de naranja a la Coca-Cola o el Sprite (la cerveza llega un poco más tarde, no nos adelantemos). En resumidas cuentas, la Coca-Cola es la bebida en mayúsculas, y como el mayor fabricante de refrescos del mundo también hemos crecido viendo sus anuncios en televisión, que año tras año han ido ganando calidad hasta llegar a los que tenemos hoy en día. Hagamos un repaso por los mejores anuncios de la marca con los que todos hemos crecido.

La marca de refrescos fundada por John Pemberton en 1886 siempre ha estado ligada a la publicidad de manera muy especial, de hecho su primer anuncio apareció tres semanas después de su salida al mercado. Actualmente la vemos como patrocinador en la mayoría de acontecimientos deportivos en todo el mundo, la UEFA Champions League o la Superbowl entre otros, pero la primera vez que esto ocurrió fue en el Mundial de fútbol de España 1982. Coca-Cola, aprovechando el evento, presentó su eslogan «Coca-Cola. La sonrisa del mundial». La marca ha asociado desde sus inicios su producto a la felicidad, algo con lo que continúan hoy en día.

Y para los más nostálgicos, vamos con la recopilación de los anuncios de Coca-Cola que más recordamos:

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Y usted, ¿tiene referencias? (2006)

Dando un giro drástico a la tendencia en sus anuncios, Coca-Cola realiza en 2006 este spot que toma un camino más social y es de corte emocional. Una madre de familia llega a casa tras una nueva entrevista de trabajo en la que le han vuelto a pedir referencias. La reacción de su hijo es presentarse ante la persona que le ha hecho la entrevista y contarle las numerosas referencias de su madre. Consigue convencer de esta forma a esa persona a la que al irse el chaval le pregunta muy brillantemente, «y usted, ¿tiene referencias?». Mis dieces a este anuncio.

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