La dirección de IU acuerda retrasar de nuevo la asamblea federal al menos dos meses

La dirección de IU ha aprobado este lunes por la tarde retrasar de nuevo la culminación de su asamblea federal, que estaba prevista para enero, al menos dos meses más por la segunda ola de coronavirus y las restricciones decretadas en diferentes autonomías para reducir su incidencia.

Esta ha sido la principal decisión adoptada por la Comisión Colegiada de IU, órgano ejecutivo de la formación, tras los problemas detectados en diferentes federaciones para que la militancia, en las asambleas de base, realice con normalidad el debate previo de los documentos que definirán la estrategia del partido para los próximos años.

Durante el tiempo que dure este aplazamiento, aquellas federaciones que han indicado problemas «deberán preparar un plan para resolver dichas incidencias». La dirección federal de IU será la encargada de «supervisar dichos planes y analizará las necesidades de apoyo concretas», han informado desde la formación.

Para llegar a este acuerdo, los miembros de la Comisión Colegiada han contado con un informe sobre la situación general de las federaciones elaborado por el responsable de Organización, Ismael González, que en los últimos días contactó con ellas para recabar la valoración de cada una de ellas.

Entre los principales problemas detectados están los derivados de la «brecha digital», que impide sustituir adecuadamente por medios telemáticos que la militancia pueda reunirse de forma personal con normalidad.

NUEVO CALENDARIO DENTRO DE DOS SEMANAS

No obstante, la Comisión Colegiada «ha dejado claro» que este aplazamiento «no supone paralizar el proceso de debate de los documentos de la XII Asamblea Federal, ni que se tengan que volver a aprobar otros documentos».

En la siguiente reunión que celebre este órgano ejecutivo de IU –previsiblemente en dos semanas– se deberá presentar una modificación concreta del calendario que, una vez aprobada, se remitirá a las personas que integran la Coordinadora Federal.

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ya avanzó que había solicitado evaluar la opción de aplazar la celebración de la asamblea por estas dificultades para desplegar el debate previo sobre los documentos políticos y organizativos.

«Las nuevas tecnologías de la comunicación facilitan la toma de decisiones y la democratización de las instituciones, pero son incapaces de sustituir con plenitud el encuentro y debate físico entre personas. Por eso, quizás convenga esperar a que se den las condiciones», detalló el líder de IU.

Mientras, el sector crítico a la dirección de IU, liderado por el precandidato José Antonio García Rubio, también demandó retrasar la asamblea al entender que no se iba a poder cumplir «con el mandato estatutario de poder garantizar el máximo de participación por el endurecimiento de las normas anti Covid-19 que restringen movimientos y reuniones».

SEGUNDO APLAZAMIENTO

La asamblea federal, que debe elegir la nueva dirección y la estrategia del partido para los próximos años, ya fue aplazada de julio a enero en una decisión que se adoptó en el pasado mes de abril, en pleno confinamiento domiciliario por la primera ola de coronavirus.

Tras presentarse los dos documentos político-organizativos impulsados por los dos sectores, el debate sobre las dos propuestas debe completarse el 20 de diciembre. A su vez, el día 22 de ese mes finaliza el plazo para formalizar candidaturas a dirigir la organización.

ESTRATEGIAS ANTAGÓNICAS

Finalmente, la votación de los documentos asamblearios y las candidaturas presentadas se fijó del 4 al 10 de enero, en el que Garzón volverá a optar a la reelección en una lista consensuada con el denominado sector mayoritario.

La propuesta estratégica de la dirección, consensuada con el Partido Comunista de España (PCE), defiende «fortalecer» la coalición con Podemos, bajo la marca Unidas Podemos, y apostará para ello por «democratizar» este espacio de convergencia, de cara a asentar su «base popular y territorial».

Frente a ello, el documento crítico denominado ‘La izquierda necesaria’, confronta con esa visión, pues se opone a la integración con Podemos (una vía que tilda de «fracasada» y reivindica la «soberanía» de la formación.