La Diócesis de Málaga multiplica los recursos para la acción social debido a la pandemia

El ecónomo de la Diócesis de Málaga, Rafael Carmona, ha asegurado este viernes que se ha producido un incremento de los recursos para la acción social debido a la pandemia por el coronavirus, apuntando que, por ejemplo, «Cáritas se ha multiplicado por tres»; al tiempo que ha destacado que para la Iglesia «con mucho o con poco, lo primero es la persona, el ser humano».

Coincidiendo con que el domingo, 8 de noviembre, celebra el Día de la Iglesia Diocesana, cuyo lema es ‘Somos los que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo’, Carmona ha presentado las cuentas de la Diócesis de Málaga y las actividades desarrolladas en 2019, así como la actualidad de la situación provocada por la pandemia, junto con el párroco de Santa María de la Amargura y capellán voluntario en hospitales durante los meses de marzo a junio, Salvador Gil.

Así, el ecónomo ha incidido en que la Iglesia «no funciona como una empresa, no busca beneficios ni excedentes, presta un servicio que no se vende ni tampoco se patrocina» y ha admitido que la crisis sanitaria y social por el coronavirus ha afectado a las parroquias.

Al respecto, ha señalado, por ejemplo, que «antes una mujer echaba diez euros en la canastilla y ahora a lo mejor su hijo se ha quedado parado»: «Lo hemos notado», ha apuntado, señalando, por ejemplo, que en las parroquias de la costa «han bajado casi un 50 por ciento las colectas» en los meses turísticos.

El ecónomo ha indicado que a mitad de la pandemia, por el mes de abril, tuvieron que recurrir a un préstamo del fondo ICO por un millón de euros porque «necesitábamos responder a las demandas» que se presentaban.

Ha indicado que aún es pronto para realizar un balance económico de la cuantía destinada a la acción social este año y ha insistido en que lo importante es «atender a las personas» en estos «momentos difíciles que estamos viviendo», esperando «pronto la vacuna y que las tristezas se conviertan en alegrías».

NO CERRAR LA PUERTA A LOS NECESITADOS

Por su parte, el párroco de Santa María de la Amargura y capellán voluntario en hospitales durante los meses de marzo a junio, Salvador Gil, ha asegurado que durante los meses del confinamiento las parroquias y Cáritas se reformularon: «No podíamos cerrar las puertas a los pobres, aunque estuvieran cerradas al culto público».

«Se reactivó en una acogida creativa de las personas, en el silencio de las calles, cuando estaba todo cerrado, venían para pedir desde una manta para dormir, una ducha o algo de alimento porque no tenían que comer; se había cerrado todo y la gente terminaba tocando a la puerta de la iglesia», ha relatado.

Además, ha indicado que en las parroquias una de las primeras tareas fue «atender a los enfermos»; además de que se activó «el contacto personalizado con personas porque muchas no podían ni salir a comprar y eran población de riesgo».

En cuanto a los hospitales y la labor de los capellanes, muchos de ellos voluntarios ante la situación «de extrema dureza», ha significado que «afrontábamos una pandemia en unas circunstancias en la que todos nos hemos sentido desbordados» y ha destacado la «presencia silenciosa» de los sacerdotes en los centros sanitarios, procurando «sobre todo acompañar para consolar a los enfermos».

Además de acompañar, ha dicho que otra de las acciones propias que han desarrollado los sacerdotes en los hospitales es «rezar, por las personas y con las personas, en algunos casos también con las familias a través del móvil»; apuntando que estas personas «agradecían que su madre, su padre o su hermano hubiera fallecido acompañado».

Otras acciones, ha indicado, han sido «sanar, no con una medicina material sino a través de la confesión y de la unción de enfermos», y también «hemos alimentado a los enfermos, no con un alimento material pero sí espiritual». Asimismo, han consolado a los enfermos, a las familias y también al personal sanitario, «porque nadie podía calcular la velocidad y las consecuencias de este virus».

DATOS DE 2019

En cuanto a los datos de 2019, el ecónomo ha dicho que los ingresos ascendieron a 21.595.457,04 euros, un 0,32 por ciento menos que en 2018, apuntando que el 33,93 por ciento es por patrimonio y otras actividades; el 26,93 por ciento a través de las parroquias; por la Asignación Tributaria, los contribuyentes destinan a la Iglesia marcando la X el 16,86 por ciento de los ingresos que esta recibe; el 11,26 por ciento son aportaciones directas de fieles y el 11,02 por ciento restante de otros ingresos.

Ha indicado que ese dinero, la Iglesia diocesana lo ha utilizado en su totalidad. El 34,28 por ciento va destinado a pagar el sueldo de sacerdotes y seglares que hacen posible la labor de la Diócesis; mientras que el 29,89 por ciento es para obras y conservación de inmuebles; el 18,52% en acciones caritativas; el 7,29 por ciento en acciones pastorales; y el siete por ciento a otros gastos, quedando un remanente de 1,32 y un 1,70 por ciento para hacer frente a gastos financieros.

En Málaga, hay 323 sacerdotes, que ejercen su labor en 251 parroquias. A ellos se suma el servicio de 5.600 catequistas contabilizados, 812 religiosas y religiosos, 16 diáconos permanentes, 167 monjas de clausura y 179 misioneros, aparte de un gran número de agentes de pastoral que sería imposible cuantificar.

Además, hay dos centros de asistencia a emigrantes, refugiados y prófugos, donde se atendieron en 2019 a 591 personas; y 174 centros para mitigar la pobreza, atendiendo a 36.202 personas el pasado año. En el centro de promoción de la mujer y víctimas de violencia fueron atendidas 69 personas; en el de rehabilitación de drogodependientes, donde se atendió a 185 usuarios.

Asimismo, cuenta con 14 casas para ancianos enfermos crónicos y personas con discapacidad y se asistió a 82 personas en su búsqueda de empleo, así como a 2.379 menores y jóvenes en centros de tutela para la infancia.

La labor de la Iglesia en hospitales logró llegar a 1.626 personas en 2019. En cuanto a sacramentos, en 2019 se llevaron a cabo 6.492 bautizos, 7.092 primeras comuniones, 12.551 confirmaciones y 1.162 matrimonios.

En relación con las obras, las más destacadas en parroquias en 2019 fueron la de El Salvador de Málaga, con un presupuesto de 313.957,84 euros; la Encarnación en Casares, con 143.977,90 euros; Nuestra Señora de la Consolación en Villanueva de Algaidas, con 135.290,64 euros; entre otras. En total, 43 parroquias han sido intervenidas por obras menores y hay 16 intervenciones pendientes por falta de recursos.