Especial 20 Aniversario

Esto es lo que pasa en tu cerebro cuando escuchas música

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Es difícil encontrar a una persona a la que no le guste la música. De hecho, cabría preguntarse si es de fiar una persona que no disfrute poniéndose en sus cascos o en los altavoces sus canciones favoritas. ¿Quién no se enchufa a la música y se deja llevar después de un día de trabajo, estrés y algún que otro sinsabor? Pocas experiencias y actividades más placenteras puede haber en esta vida que olvidarse de todo lo que nos rodea y disfrutar de la música. Y eso, por supuesto, se deja notar en el cerebro.

“La vida sin música sería un error”, dejó dicho el filósofo alemán Friedrich Nietschze. Y, en los últimos años, médicos y neurocientíficos están descubriendo que no le faltaba razón. Si el cerebro es la caja de resonancia en la que se puede leer todo lo que nos pasa y todo lo que sentimos, también la música tiene que verse reflejada en su actividad. Las últimas investigaciones al respecto indican que escuchar nuestras canciones favoritas le procura a nuestro cerebro una “sobrecarga de placer” difícilmente alcanzable de otro modo. 

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La música es una ventaja evolutiva

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La música, entonces, sería una cuestión de esperar. “A medida que esperamos”, expone el neurocientífico, “nuestro cerebro está ocupado prediciendo el futuro y generando dopamina. Si lo vemos a un nivel evolutivo, ser capaz de predecir lo que va a pasar a continuación es esencial para la supervivencia. Y, con la música, estamos haciendo eso constantemente”. Estas son las conclusiones a las que ha llegado Chabin y su equipo tras meses de experimentos e investigación. 

Para su estudio seleccionaron a 18 amantes declarados de la música y les pusieron sus canciones favoritas. Antes, por supuesto, les habían colocado en la cabeza una serie de parches para medir su electroencefalograma. De este modo, podían ver en directo cuál era la actividad eléctrica del cerebro. A los participantes les pusieron fragmentos de 90 segundos de sus canciones favoritas mientras los científicos medían lo que sucedía dentro de sus cráneos.