El ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz ha entregado este viernes voluntariamente al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón su teléfono móvil, después de que lo requiriera la Fiscalía Anticorrupción, para comprobar que no envió mensajes al que fuera su ‘número dos’, Francisco Martínez, sobre la ‘operación Kitchen’.
Así lo ha explicado su abogado, Jesús Mandri Zárate, a los medios de comunicación tras finalizar la declaración del que fuera ministro en el primer Gobierno de Mariano Rajoy como investigado por la operación parapolicial montada para sustraer información sensible del PP que guardaba el extesorero del partido Luis Bárcenas.
Al término de su comparecencia, que se ha alargado unas dos horas y en la que sólo ha respondido a las preguntas del juez y de su defensa, el fiscal Ignacio Stampa ha pedido al magistrado que requiriera el teléfono móvil de Fernández Díaz, después de que éste cuestionara el acta notarial que levantó Francisco Martínez con los ‘sms’ que dijo que el exministro le había enviado sobre la ‘operación Kitchen’.
«Quiero dejar claro que no se le ha retirado, sino que lo ha querido entregar de manera voluntaria porque es una oportunidad que le ha dado el juez instructor en este sentido», ha precisado el abogado de Fernández Díaz. Fuentes presentes en la declaración han explicado que el juez García-Castellón ha ofrecido esta posibilidad para proteger su derecho a no incriminarse a sí mismo.
Aunque en un primer momento la defensa de Fernández Díaz ha alegado que su cliente ha tenido tres terminales distintos entre 2013, fecha en la que tuvo lugar la operación parapolicial, y la actualidad y que en cualquier caso se estaría vulnerando sus derechos constitucionales, finalmente ha entrado el dispositivo para que se revisara si envió los mensajes.
REVISAR EL ESTILO: NO ESCRIBÍA CON ‘K’
También el estilo con el que escribe, ya que el ex titular del Ministerio del Interior ha apuntado durante su declaración que la forma en la que están escritos, tal y como aparece en el acta notarial, no coincide con su forma de redactar.
En este sentido, el abogado ha afirmado que «se ha podido comprobar cómo no tiene ninguno de los mensajes a los que hacía referencia el señor Martínez y además hay una circunstancia y es que en algunos de los mensajes ose emplea la letra ‘k’ para escribir alguna palabra como era ‘quedado’. Y se ha podido comprobar también en el móvil del señor Fernández Díaz que no hay ninguna palabra parecida que se haya escrito nunca por él con la letra ‘k'».
En cuanto al contenido de la declaración, la defensa ha subrayado que Fernández Díaz ha sido «totalmente firme, contundente y sin ninguna fisura» y ha confirmado que «ha negado cualquier implicación o cualquier relación» con la ‘operación Kitchen’.
Ha añadido que el que fuera ministro del Interior diciembre de 2011 y noviembre de 2016 ha «dejado claro» que el conocimiento que tuvo de la operación dirigida por el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo fue por las noticias que aparecían en la prensa.
Asimismo, ha destacado que tenía una «agenda muy intensa tanto a nivel parlamentario como internacional y que por tanto no podía estar al corriente» de las operaciones, ha señalado el abogado Jesús Mandri Zárate, quien también ha indicado que ha asegurado que no recibió ninguna «instrucción, petición, indicación por parte de nadie del ámbito político», en concreto del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy o de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal.
NIEGA HABER PREGUNTADO POR EL CHÓFER DE BÁRCENAS
También ha apuntado que Fernández Díaz ha negado «tajantemente» haber enviado mensajes al ex secretario de Estado de Seguridad, así como haberle llamado en 2013 para preguntarle por Sergio Ríos, en ese momento chófer de Bárcenas y captado como confidente de la Policía para este operativo.
En cuanto a su relación con Villarejo, el letrado ha afirmado que Fernández Díaz «no ha mantenido nunca una entrevista o conversación telefónica» con él y que tan sólo ha coincidido con el comisario en dos ocasiones y en «público».
Las fuentes presentes en la declaración consultadas han indicado que una de estas veces fue en 2012 en el despacho del secretario de Estado de Seguridad en esas fechas y otra vez en una comida por la despedida del ex director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional Eugenio Pino, imputado también en esta causa.