Dormir es una de las cosas más importantes para el ser humano. Al dormir hacemos descansar a nuestro cuerpo y mejorar nuestro bienestar personal. Sin embargo, a veces no respetamos las horas de sueño por hacer otras cosas o por ir a dormir enfadados. Nunca debemos irnos a dormir tras una discusión porque tienen efectos negativos en nuestro cuerpo y en nuestro descanso.
La sociedad actual nos ha hecho dejar de pensar en nosotros mismos y pasar tiempo en soledad. Actuamos como máquinas y solo a última hora nos podemos regalar un ratito, cuando ya hemos acabado el trabajo y las labores diarias. Normalmente cuando nos tumbamos en la cama es cuando por fin desconectamos del día a día y de las preocupaciones. Sin embargo, también aprovechamos para hacer repaso a las emociones diarias como las discusiones.
Esto nos hace activar la emoción, enfadarnos de nuevo e irnos a dormir en este estado activo
Ir a dormir enfadados
Los estudios dicen que es por la noche cuando el cerebro está más activo, sobre todo en la fase del sueño. Cuando nos vamos a dormir, le damos muchas vueltas a las cosas. Son estas cosas que pensamos antes de dormir a las que se les da más vueltas soñando. A veces, antes de un examen, hacemos un repaso mental y tenemos en el subconsciente toda la información lista para salir cuando despertemos.
Lo mismo sucede con las emociones y las preocupaciones. Pensar en algo que nos hace sentir mal durante mucho tiempo y antes de dormir, se guarda en la memoria y aparecerán como recuerdos negativos que serán difíciles de eliminar. Es por eso que nunca debemos irnos a dormir enfadados o molestos con algo, ya que, al día siguiente, va a ser complicado el estar bien con esa sensación.
Dificultad para dormir
Una de las consecuencias que tiene el estar enfadados o haber discutido justo antes de ir a la cama es que no vamos a poder dejar de pensar en ello. Darle tantas vueltas a la cosa nos impedirá conciliar el sueño.
No valdrán métodos como contar ovejas o pensar en otras cosas. Estaremos repasando este pensamiento negativo una y otra. En definitiva, no vamos a poder tranquilizarnos y relajarnos y así será muy complicado poder dormir, algo que, en ocasiones puntuales, no afecta, pero que a largo plazo si puede ser preocupante.
Pesadillas al dormir
Normalmente el último pensamiento consciente antes de dormir es el que utiliza el cerebro para hacernos soñar. Este pensamiento se traspasa al subconsciente y se transforma en sueños. Si son positivos, lo normal es que tengamos una agradable experiencia mientras pasa la noche.
Sin embargo, puede pasar que estos pensamientos sean de emociones negativas. La ansiedad, el enfado o la rabia pueden manifestarse en sueños de diversas maneras. Una de ellas son las pesadillas que generan malestar. Estas pesadillas no nos van a hacer descansar completamente. Incluso puede que nos hagan despertar sobresaltados en medio de la noche. Sumamos la dificultad de que, al despertar sobresaltados de una pesadilla, es complicado volver a conciliar el sueño
Dormir con sueño ligero
Otra de las causas de ir a dormir con enfados y preocupaciones, puede suceder que no descansemos profundamente y no nos sumerjamos en un sueño reparador. Normalmente, ir a dormir sin estar relajado provoca un sueño ligero.
El sueño ligero va a hacer que no descansemos bien y que cualquier ruido o movimiento nos haga despertar. Como decimos, es un sueño que no va a permitirnos descansar bien y lo vamos a pagar al día siguiente.
Falta de descanso
Irnos a dormir con un gran enfado nos va a hacer que no descansemos. Esto significa que vamos a dormir mal y que al día siguiente nos vamos a levanta muy cansados. Parece que no hemos descansado correctamente o que no hemos tomado las horas de sueño adecuadas. Esta sensación nos va a acompañar todo el día.
Otra de las causas de irnos a dormir con enfado es que, durante el día siguiente, al dormir mal y no descansar, no vamos a poder concentrarnos bien. El esfuerzo de concentración va a ser mayor que cuando descansamos bien y eso nos puede afectar en nuestro trabajo habitual
Mal humor
Irse a dormir de mal humor va a provocar que al día siguiente nos levantemos de mal humor. Y es que dormir enfadado no va a cambiar nuestro estado de ánimo durante el sueño. Esto es debido a que no se desconecta y se va a seguir dándole vueltas al problema, a la discusión o al enfado del día antes.
El mal humor seguramente nos va a provocar más discusiones y más enfados durante el día siguiente. Así que lo mejor es descansar bien y olvidar las preocupaciones para evitarnos una situación en la que la pescadilla se muerde la cola y unos enfados nos llevan a otros.
Desahogo y resolución de problemas
Para evitar irnos a dormir enfadados podemos hacer varias cosas. La primera es desahogarse y sacar la rabia que se tiene dentro. Para ello, lo mejor es hablar con alguien de confianza y contar todo lo ocurrido. No hablar con la persona en cuestión si no con alguien cercano a nosotros. En caso de que no podamos, lo mejor es escribir cómo nos sentimos, qué ha pasado y escribirle a esa persona. Posteriormente, romper la carta.
Otra opción es resolver el problema con la persona implicada en la discusión. Siempre es mejor resolver el problema en los momentos posteriores a dejarlo pasar y que se haga más grande.
Darse una ducha y entretenerse
Otra cosa que se puede hacer es darse una ducha relajante escuchando nuestra música favorita. Si lo acompañamos de un masaje, seguramente, al terminar, estaremos como nuevos y habremos desconectado de todas nuestras preocupaciones.
En caso de que no tengamos esa posibilidad, siempre podemos entretenernos realizando otra actividad que mantenga nuestra atención en otro foco. Podemos ver una película, leer, jugar a videojuegos… Siempre evitaremos que tenga que ver con el trabajo y que nos tenga concentrados sin pensar en otra cosa que no sea la propia actividad.
Siempre las actividades ociosas y con la familia nos van a salvar de estos malos momentos. Nos van a poner de buen humor y van a permitir que vayamos a dormir tranquilos.
