Objetos que tienes que mirar dos veces porque parecen tener vida

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Algo que hemos hecho todos alguna vez en la vida es tumbarnos en el suelo, mirar al cielo y empezar a sacar parecidos a las nubes. También nos ha sucedido que de una mancha en la pared hemos sacado una cara o la figura de un ser humano. Pero sin duda las que más nos sorprenden son las que debemos mirar varias veces porque parecen caras de personas. Todo esto no es raro y tiene nombre científico. Pareidolia.

La pareidolia tiene un fundamento lógico que ha sido explicado por el neurocientífico Colin Palmer en la revista Science Alert. La pareidolia se da cuando nuestro cerebro intenta reconocer un patrón de una cara en un objeto inanimado. Es decir, no vemos una cara, si no que nuestra mente intenta reconocer una cara. Y esta habilidad no es únicamente humana. Se sabe por varios estudios que los monos Rhesus también pueden percibir caras en objetos que realmente no lo son.

Reconocemos caras para intentar ver el estado emocional de las personas y nosotros os traemos una serie de objetos que habrá que mirar dos veces para darnos cuenta de que no son caras.

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El árbol comilón

A veces las pareidolias no están tan a la vista. En la pareidolia del árbol comilón ha hecho falta pintarle unos ojitos negros al tronco para que ya de una apariencia de una cara que se está comiendo una valla. Sabemos que la naturaleza tiene mucha más fuerza que las obras humanas y esta es una muestra de ello.

En este caso la cada da un aspecto a la vez fiero pero tierno. La malla de la propia valla le da el aspecto a donde estaría la boca de tener dientes, pero los ojos son tan tiernos que dan ganas de darle un abrazo al tronco.