La pitopausia o por qué los cincuentones hacen el ridículo: El caso Enrique Ponce y Ana Soria

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Los cincuenta es esa edad en donde se encuentra Enrique Ponce y donde el hombre le empieza a dar la vuelta a la pata del jamón. Empieza a perder facultades, a perder altura, visión… Los mayas y los aztecas decían que si poseían a una persona joven, adquirían todas esas características. Eso es lo que parecen pensar muchos caballeros que ya entrados en los 50, con pérdida de vigor de pelo y vigor en otros lugares, buscan en relaciones con personas más jóvenes el sentirse como 20 años antes.

Pero la edad no perdona y la diferencia de años en una pareja, cuando va más allá de los 20 años entre uno y otro, se nota. Ellos creen que no, pero aseguramos que ellas lo notan. La pitopausia llega como el invierno, sin darte cuenta. Pitopausia, ridículo o síndrome de Benjamin Button, llámadlo como queráis.

Este es el caso de algunos de nuestros famosos como Enrique Ponce, que piensan que estar con una chica mucho más joven, van a rejuvenecer como si del bueno de Benjamin Button hasta ser adolescentes.

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Enrique Ponce y Ana Soria

Torero y macho ibérico por antonomasia. Forrado de millones, con fincas, coches y cicatrices. Este es Enrique Ponce, uno de los toreros más famosos de la última década y que hasta no hace mucho llevaba una vida amorosa sin demasiados sobresaltos con Paloma Cuevas y con una hija entre ambos.

Pero Enriquito se levantó un día por la mañana, miró a Paloma a su lado y pensó en cambiarla por Ana, como aquel famoso dúo musical del cual, las nuevas generaciones, quizás hayan oído hablar en algún programa que rememora casi la época de los dinosaurios.

Y así sucedió, borró de un plumazo 24 años de matrimonio y los cambió por una de 21 años de edad, Ana Soria. Muy preparada, eso sí, estudiante de derecho y con una familia de empresarios que apoyan la relación. Enrique Ponce cambió a un morlaco por un becerro, quizás para torear sin miedo a una cornada.

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