Idean una fórmula para calcular la edad de los perros en años humanos

Un equipo de científicos ha desarrollado una nueva fórmula a partir de los cambios genéticos a lo largo del tiempo para comparar con mayor precisión la edad de los perros en comparación con la de los humanos y que va más allá de la tradicional relación de que un año canino se asemeja a siete años humanos.

Esa fórmula se basa en el ‘reloj epigenético’ y no es lineal porque los perros envejecen más lentamente a partir de los seis años. Así se explica en un estudio, en el que participaron 12 investigadores, liderado por la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y publicado en la revista ‘Cell Systems’.

Un mito que ha persistido a través del tiempo sin mucha evidencia es multiplicar la edad del perro por siete para calcular cuántos tiene el can si fuera un ser humano. Es decir, un perro de cuatro años se asemeja en edad fisiológica a una persona de 28.

El nuevo estudio aboga por una fórmula basada en los patrones cambiantes de genomas de perros y humanos. Dado que ambas especies no envejecen al mismo ritmo a lo largo de la vida, la regla general de multiplicar por siete años no es del todo precisa.

La nueva fórmula puede ser una herramienta útil para los veterinarios y evaluar actuaciones contra el envejecimiento. «Hay muchos productos antienvejecimiento en estos días, con diversos grados de apoyo científico», apunta Trey Ideker, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego.

Los veterinarios utilizan con frecuencia la relación de siete años para determinar la edad de un perro y emplear esa información para guiar las decisiones de diagnóstico y tratamiento.

‘RELOJ EPIGENÉTICO’

Los investigadores apuestan por el ‘reloj epigenético’, un método que determina la edad de una célula, tejido u organismo a partir de una lectura de su epigenética (modificaciones químicas como la metilación, que influyen en qué genes están ‘desactivados’ o ‘activados’ sin alterar la secuencia genética heredada).

Los cambios epigenéticos proporcionan pistas a los científicos sobre la edad de un genoma, al igual que las arrugas en la cara de una persona las ofrecen sobre su edad, según Ideker.

Este investigador y Tina Wang, también de la Universidad de California en San Diego, colaboraron con Danika Bannasch, genetista y profesora de salud y reproducción de la población en este centro universitario, y Elaine Ostrander, jefa de la Subdivisión de Genética del Cáncer y Genómica Comparativa en el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano.

Bannasch proporcionó muestras de sangre de 105 perros de raza labrador retriever y de hasta 16 años.

ENVEJECIMIENTO MÁS LENTO

El estudio indica que los perros jóvenes envejecen más rápidamente en comparación con los humanos. Así, un can de un año se asemeja a un humano de 30 y uno de cuatro es similar a una persona de 52 años. Sin embargo, el envejecimiento canino se ralentiza a partir de los siete años.

“Esto tiene sentido cuando lo piensas. Después de todo, un perro de nueve meses puede tener cachorros, así que ya sabíamos que la proporción de 1:7 no era una medida precisa de la edad”, subraya Ideker.

No obstante, Ideker precisa que el nuevo ‘reloj epigenético’ está estudiado en una sola raza de perro y se sabe que algunas son más longevas que otras, por lo que se necesita más investigación en este sentido.

«Tengo un perro de seis años; todavía corre conmigo, pero ahora me doy cuenta de que no es tan ‘joven’ como pensé que era», concluye Ideker.

(SERVIMEDIA)