Calviño aboga por un plan de inversiones y reformas basado en seis grandes “pactos” para reforzar la economía y el empleo

La vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, defendió este jueves en la comisión de reconstrucción del Congreso poner en marcha un plan de inversión y reformas en los próximos dos años basado en seis grandes “pactos” para impulsar el crecimiento de la economía, modernizarla y relanzar el empleo.

Según detalló, deberá incluir “proyectos tractores, con gran capacidad de transformación y modernización de la economía y sociedad” para generar también empleos de calidad, y estaría alineado con el plan de recuperación de la Unión Europea, ya que requerirá de cuantiosas inversiones.

Los seis ejes para los que demandó el apoyo o “concurso” de toda la sociedad son la transición ecológica y el desarrollo de la economía verde; la transformación digital, el empleo y la formación profesional; un pacto por la ciencia que eleve al 2% del PIB mínimo la inversión pública y privada en I+D+I; el refuerzo de los servicios públicos, y un pacto para el campo, para transformar el sector agroalimentario y encarar el reto demográfico.

Su puesta en marcha la enmarcó en el “contexto” del Plan de recuperación propuesto esta semana por la Comisión Europea para aportar 750.000 millones de euros a los países en forma de subvenciones y créditos, y con recursos a deuda europea.

Calviño recordó que los primeros pasos en la respuesta europea se han puesto con los más de 500.000 millones ya comprometidos en los tres vehículos de liquidez diseñados en alusión al nuevo mecanismo de apoyo a los expedientes de regulación temporal de empleo (SURE), las garantías del Banco Europeo de Inversiones y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).

Para una actuación más a largo plazo se completaría con el fondo de reconstrucción, cuya inversión se plantea, precisamente, orientada a “la transformación de la economía europea y al impulso a la recuperación de toda la Unión”. Si bien juzgó que la propuesta puesta sobre la mesa por Bruselas va “en la buena dirección”, admitió que encara un complejo y difícil proceso de negociaciones en las próximas semanas ya que deben aprobarlo los 27.

“Todavía queda mucho por hacer, las resistencias son formidables, tendremos semanas y meses muy intensos, pero por el momento es preciso valorar positivamente el enorme progreso que se ha hecho en unas pocas semanas”, indicó.

Durante su intervención explicó que, aunque la economía encara la mayor contracción “en tiempos de paz”, ya se ha producido una inflexión coincidiendo con la finalización de la hibernación y se “están recuperando la actividad” y el empleo. Además, indicó que en España “no partimos de cero” en el proceso de reconstrucción gracias a las medidas adoptadas desde que se decretó el estado de alarma para ayudar a empresas, trabajadores y familias.

Entre ellas citó el programa de avales del ICO, que ha permitido movilizar ya 61.000 millones de euros en financiación a través de más de 490.000 operaciones concedidas, o el apoyo a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a los que se han acogido más de tres millones de trabajadores y más de 550.000 empresas. Según defendió, se han mostrado “eficaces” y están “amortiguando” el impacto, como lo prueba que la reducción de empleos caiga a un ritmo inferior al del PIB.

A más corto plazo y durante la fase de la desescalada abogó por “adaptar” las medidas ya adoptadas para “acompañar” la progresiva reactivación de los sectores y las necesidades nuevas que surjan, augurando que no serán tanto de liquidez para encarar costes operativos sino para enfrentar inversiones y mantener la solvencia de las empresas.

La vicepresidenta apostó por “apoyar especialmente” en este proceso la reactivación del turismo, comercio y automoción, que son los sectores más afectados; favorecer la reapertura de las empresas y hasta su creación, facilitando los trámites y eliminando barreras; así como impulsar a las compañías innovadoras, incluyendo las startups.

Y de forma adicional abogó por “seguir protegiendo el empleo” recordando el último acuerdo con los agentes sociales para extender los ERTE de forma genérica hasta el 30 de junio y ver cómo se aplican más allá en sectores específicos.

Con la vista puesta en el futuro consideró relevante impulsar además “mecanismos de flexibilidad alternativos a la contratación temporal”, tan extendida en España y con un impacto tan negativo sobre la seguridad de los trabajadores y el bienestar, sobre todo de nuestros jóvenes.

Según definió son planes “de choque” que urge conjugar con la puesta en marcha de políticas para abordar los retos que tiene el país a medio plazo y que el Gobierno ha recogido en su conocida agenda de reformas. Su Agenda del Cambio incluye abordar la transición ecológica, la digitalización, reforzar el empleo de calidad, la educación y la formación, la innovación y la ciencia, junto al pacto por el campo y dar una respuesta al reto demográfico, para lo que hoy Calviño pidió apoyos a fin de avanzar en ella con el plan de inversión y reformas a dos años.

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