González Laya homenajea a los españoles que estuvieron en Mauthausen, “ejemplo” de la lucha por la libertad y contra la intolerancia

La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, rindió tributo este martes a los 7.532 españoles que estuvieron encerrados en el campo de concentración de Mauthausen -de los que casi 5.000 de ellos perecieron- a quienes presentó como “ejemplo” de la lucha por la libertad y contra el “fascismo” y la “intolerancia”.

Lo dijo en un vídeo publicado en su perfil de Twitter con motivo de la conmemoración hoy del 75 aniversario de la liberación por las tropas aliadas del campo de concentración de Mauthausen.

La jefa de la diplomacia española dejó claro que las “difíciles circunstancias” provocadas por la pandemia del coronavirus no pueden servir de excusa para no participar “con emoción” de esta efeméride.

Esto le sirvió para proclamar que, “por dignidad de nuestras democracias”, las generaciones actuales y las venideras tienen el deber de “conocer la verdad y combatir a los que la niegan”.

Por ello, recordó que lo primero que vieron las tropas estadounidenses que liberaron Mauthausen fue una pancarta en la que se leía ‘Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras’. El campo, continuó la ministra, fue conocido como el de los españoles, porque fueron los primeros apresados y quienes lo levantaron con sus propias manos.

González Laya transmitió el homenaje del Gobierno a estos “luchadores por la libertad”, que combatieron contra el “fascismo y la intolerancia, primero en España contra Franco, y luego contra Hitler en Europa”.

La ministra expuso que en Mauthausen y sus campos satélites fueron encerrados 7.532 españoles, de los que casi 5.000 de ellos murieron. Lo que le permitió rendir homenaje a todos ellos y denunciar el “odio, el fanatismo y la violencia que les encerró y que, en la mayoría de casos, acabó con sus vidas”.

En ese sentido, aseveró que “la humanidad no tiene fronteras” -como lo demuestra “con crudeza” la “naturaleza en forma de enfermedad y muerte” estos días-, puesto que ésta y la civilización son universales.

Por esa razón, llamó a no olvidar el “ejemplo” de estos españoles que “demostraron que la verdadera y auténtica bandera bajo la que luchaban eran los valores de libertad, igualdad y solidaridad, valores que defendieron con fe y lealtad, porque su terrible odisea les había demostrado que la opresión, la discriminación y la dominación eran sus verdaderos enemigos”.

Por último, conminó a Europa a no dejar de lado el “profundo mensaje” de “internacionalismo y humanismo” surgido del “terrible drama humano” de la Segunda Guerra Mundial.

“Hoy necesitamos ese compromiso decidido y firme de todos y cada uno de nosotros para que nunca más vuelva a ocurrir”, concluyó.

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