Defensa “ha corregido” al mando de los legionarios que bebieron cerveza con sus armas en el suelo en un bar de Vilafranca del Penedès

El Ministerio de Defensa ha aplicado las “medidas oportunas” en el marco del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas y, por ende, “ha corregido” al mando del convoy de legionarios que bebieron cervezas con armas en el suelo en un bar de Vilafranca del Penedès (Barcelona).

Así consta en una respuesta por escrito que Defensa ha remitido al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, quien se interesó por las medidas adoptadas por el Ministerio después de que el pasado mes de septiembre trascendiera en redes sociales la imagen de unos legionarios vestidos de uniforme bebiendo unos botellines de cerveza en la terraza de un bar de la referida localidad barcelonesa, mientras tenían en el suelo sus armas. Esta fotografía causó la irritación de líderes independentistas, entre ellos el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, que afirmó que “seguro que después de la cerveza el rifle automático pesa menos”.

El departamento dirigido por Margarita Robles detalló que, sobre este particular, se ha procedido a adoptar las “medidas oportunas” en el marco del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas “y, conforme a las responsabilidades correspondientes, se ha corregido al oficial que estaba al mando del convoy”.

En la respuesta Defensa también detalló lo acaecido ese día. Lo hizo explicando que 94 militares pertenecientes al Tercio Alejandro Farnesio 4º de la Legión realizaron el viaje de regreso desde Francia, donde habían participado en el ejercicio ‘Baccarat’, en dos autobuses.

En la segunda jornada de viaje, según Defensa, el convoy partió a las 09.20 horas del día 28 de septiembre y llegó a Ronda (Málaga) a las 01.30 horas del día 29, realizando paradas técnicas en Vilafranca del Penedés a las 11.45 horas, en Torreblanca (Castellón) a las 15.00 horas, en Alcantarilla (Murcia) a las 19.45 horas y en la A-92, en las cercanías de Granada, a las 22.45 horas, aproximadamente.

En la parada de Vilafranca, el oficial que estaba al mando del convoy ordenó a los 94 militares que bajaran del autobús con las armas que portaban –armamento ligero: modelos Fusil HK G-36 y pistola HK USP- “sin ningún tipo de munición”.

Esta decisión, según Defensa, se tomó por la necesidad de “repostar los autobuses en un lugar distinto del de la parada, y no era seguro que el armamento permaneciera en los mismos sin la debida vigilancia”.

En la respuesta parlamentaria también se dejó claro que “en todas las actividades militares” se imparten conferencias en materia disciplinaria que incluyen cuestiones relacionadas con el consumo de alcohol y controles de alcoholemia al inicio y al final de las mismas.

En el caso objeto de la pregunta, a su llegada a Ronda, los miembros del convoy se sometieron al preceptivo control de alcoholemia, dando un “resultado negativo”.

(SERVIMEDIA)