Pequeños (y grandes) gestos que puedes hacer para pagar menos luz

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Una de las principales cuestiones a la hora de ahorrar en la factura de la luz y cuidar del planeta es la optimización del consumo de energía. Utilizar los equipos eléctricos adecuados, aprender a sacarles el máximo rendimiento y adaptar la vivienda no solo nos permitirá consumir menos electricidad, sino que también nos permitirá aportar nuestro granito de arena al reto del cambio climático. Estas son algunas de las claves que pueden ayudar a los hogares a lograr este objetivo.

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Aislar correctamente la vivienda

Una vivienda correctamente aislada ayuda a optimizar el consumo de electricidad. Se trata, sobre todo, de evitar pérdidas de calor o refrigeración que aumenten la demanda de energía. El aislamiento de la vivienda incluye ventanas, puertas, techos y muros.

En el caso de las ventanas, el porcentaje de calor que puede llegar a perderse si no son adecuadas es muy elevado. Aunque renovarlas puede suponer una inversión elevada, el ahorro de energía acabará por amortizarla con el paso de los años. Las ventanas disponen de su propia etiqueta energética, que las clasifica según siete niveles de eficiencia para el invierno (calefacción) y según otros tres para el verano (aire acondicionado). También ofrece información sobre otras características, tales como su permeabilidad al aire o su transmitancia térmica.

Utilizar cortinas, persianas y toldos de manera inteligente también ayudará a mantener la temperatura adecuada en el interior del hogar, ya que el sol es una fuente de calor natural. Por ejemplo, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) calcula que usar toldos en verano en ventanas donde dé el sol puede suponer hasta el 60% de ahorro en energía. En invierno, las cortinas deben retirarse durante el día para dejar pasar los rayos solares y desplegarse de noche para mantener la temperatura interior.