Jorge Javier sobre María Teresa Campos: «Uno de mis miedos era encontrármela»

Tras su abrupta salida de Telecinco, el programa ‘Sálvame’ ha iniciado una operación de acoso y derribo contra Maria Teresa Campos y su familia.

A las supuestas presiones a las que sometía a colaboradores de ‘Día a Día’, como por ejemplo a Víctor Sandoval, se suman varias investigaciones sobre los negocios de Bigote Arrocet en Chile, las críticas a las exclusivas de Terelu o a cómo ha afrontado Carmen Borrego el robo en su casa. Noticias varias que siempre acaban poniendo a las familia Campos contra las cuerdas.

En este contexto, sorprende la opinión que Jorge Javier Vázquez ha dado en la revista ‘Lecturas’ donde sale en defensa de la histórica presentadora.

Tras recordar que la admiración comenzó cuando él era joven y la veía por la tele, Vázquez confiesa que siempre le gustó su defensa del feminismo. Reconoce que han tenido varios encontronazos, especialmente en la época de ‘Aquí hay tomate’.

«Yo con la Campos las he tenido de todos los colores. Cuando estaba en ‘Aquí hay tomate’ la cogimos por banda y le dimos cera para aburrir. No supe cortar a tiempo y recuerdo que uno de mis miedos recurrentes que le contaba a mi psicóloga era encontrármela», confiesa en su blog de ‘Lecturas‘.

«Dejé de acudir a estrenos en Madrid y paseaba por los aeropuertos con mis radares encendidos. Había trabajado con ella en su corrillo y, en cuanto se fue a la otra cadena, no podemos decir que se abrió la veda, pero sí que hicimos cosas de las que no me siento orgulloso», afirma en ‘Lecturas’.

Las paces las hicieron durante una cena en casa de Carmen Rigalt y luego trabajaron juntos en ‘Sálvame’ cuando Campos era la ‘defensora del espectador’. Allí también tuvieron algún encontronazo.

No obstante Jorge Javier defiende que María Teresa «no es mala persona» y que ni mucho menos es Lucifer.

«He trabajado con ella y era dura, pero es que esta no es una profesión de débiles. Pero, vamos, que tampoco era Lucifer. El triunfo cambia no solo a las personas que lo viven, sino que también varía la manera en la que los demás se relacionan con la persona que triunfa. La colocan en un lugar ficticio, alejado de la realidad, y aunque a veces pretendas querer llevar una vida normal, no es fácil».