El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, desdeñó este lunes la posibilidad de sumarse a España Suma, la marca electoral que el PP pretende conformar con su formación en caso de que haya una nueva convocatoria electoral, de una manera muy gráfica: «España suma, pero la coalición resta».
Así se pronunció Rivera, en una entrevista en Onda Cero recogida por Servimedia, en la que defendió el carácter pactista de su partido cuando toca «sumar por España», tal y como se vio en Navarra, donde Ciudadanos concurrió a las elecciones autonómicas junto con el PP bajo la marca Navarra Suma.
Defendió este tipo de fórmulas en situaciones «muy puntuales», pero la rechazó a nivel nacional afirmando que «España suma, pero la coalición resta», puesto que el PP tiene «44 casos (de corrupción) por resolver», a lo que se podría añadir, dijo Rivera, el hecho de que esta semana la Audiencia Nacional impute a las expresidentas de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes.
Esto le permitió señalar que «hay que sumar con inteligencia», como ha quedado demostrado en Andalucía y la Comunidad de Madrid, ya que «el sueño de Sánchez sería volver a las ‘dos Españas’: la de la izquierda y la de la derecha para unificar a todo el que discrepe de él para plantearse como alternativa.
Preguntado sobre el hecho de que Ciudadanos haya pactado con el PP en la Comunidad de Madrid, a pesar de los casos de corrupción de este partido, aseveró que los populares tienen «sus casos de corrupción, pero no en mi misma lista electoral». «Si el PP y el PSOE tienen casos de corrupción, ¿qué hacemos? ¿Quién gobierna? Una cosa es compartir un programa con partidos con casos de corrupción y otra bien distinta es compartir lista electoral con ellos», señaló.
Se comprometió a gobernar con el PP si ambos partidos suman «un voto más» que las formaciones de izquierda en una eventual repetición electoral, pero «sumando con inteligencia».
En ese sentido, rechazó facilitar la investidura de Pedro Sánchez argumentando que «el PSOE se ha borrado del constitucionalismo» como, a su juicio, ha ocurrido en Navarra, Baleares, Cataluña y en la Comunidad Valenciana, y le afeó que convierta en «fascistas» a quien discrepa de sus posiciones políticas.
Dejó claro que le desagrada que «el plan Sánchez salga adelanta», pero, reconoció Rivera, «los españoles nos han colocado en la oposición». También acusó al jefe del Ejecutivo en funciones de tener «paralizado» al Parlamento y de «no negociar con sus socios», lo que le permitió afirmar que «habrá que preguntarle si quiere elecciones o formar gobierno.
Por su parte, arguyó que el pasado mes de julio la investidura de Sánchez fracasó porque tanto éste como el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se pelearon por el «ego» y por las «sillas», no por el fondo de su programa. «Lo único que distancia a ambos es quien es el ministro de Trabajo», ironizó.
A pesar de considerar «lógico» que Sánchez forme gobierno, llamó a «estar preparados para elecciones», en caso de que aquél no consiga los acuerdos necesarios para ser investido.
A su vez, rechazó reunirse con Sánchez en la ronda de contactos que mantendrá próximamente con los líderes de los partidos políticos aduciendo que ya ha mantenido tres reuniones con él y le trasladó que, «cuando alguien te ha dicho tres veces que no a la investidura y que sólo apoyará pactos de Estado, no le hagas participar en esa ceremonia de la confusión».
Por último, Rivera se pronunció sobre la marcha de algunos dirigentes históricos de su partido por estar en desacuerdo con la línea actual de Ciudadanos. Lo hizo para destacar que su formación «se ha hecho sumando», «cumpliendo con los votantes» y «siendo coherentes con nuestro modelo de España».
(SERVIMEDIA)