Santa Cruz dedica una plaza a la memoria de poeta y ensayista Domingo López Torres

El intelectual chicharrero, que también ejerció como concejal del Ayuntamiento capitalino en la República, fue asesinado durante la Guerra Civil

 

El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, presidió hoy el acto de descubrimiento de la placa por el que una plaza de Los Gladiolos llevará el nombre del poeta y concejal republicano Domingo López Torres, asesinado durante de la Guerra Civil.

Memoriadomingotorees2La concesión de honores obedece al acuerdo adoptado por el Pleno de la Corporación el pasado 30 de noviembre para perpetuar el nombre del intelectual en la memoria del pueblo de Santa Cruz.

Durante su intervención, el alcalde calificó a López Torres como “un chicharrero extraordinario en lo humano y en lo intelectual; un poeta referencial del período de entreguerras y faro de la bulliciosa y combativa vida cultural de la ciudad en el primer tercio del siglo XX”.

“Con este homenaje –añadió– también realizamos un ejercicio de memoria y, por tanto, de justicia para que su asesinato no quede impune al olvido histórico”.

Bermúdez recordó que “Domingo López Torres sufrió, como muchos otros de sus paisanos –de nuestros paisanos– la violencia desquiciada de una sociedad enferma de odio y revanchismo” y citó, en concreto, al que fuera alcalde republicano de la ciudad José Carlos Schwartz, “víctima también de la brutalidad, el fanatismo y la intolerancia”, distinguido hace unos meses con el título de Hijo Predilecto de Santa Cruz.

Memoriadomingotorres1El alcalde señaló que “tanto en aquella ocasión como hoy, manifestamos nuestro reconocimiento público por semejante sacrificio, pero también expresamos el rechazo total del pueblo de Santa Cruz  a cualquier forma de violencia, de injusticia o de discriminación”.

En otro momento, Bermúdez valoró las cualidades de un “chicharrero de extracción humilde que supo construir a partir la voluntad, el coraje y la determinación una obra intelectual de altísimo nivel; de vanguardia artística”.

“Autodidacta, tanto en la vida como en la creación literaria, fabricó sueños hechos poemas y soñó poemas hechos palabras. Uniendo su nombre al de otros ilustres intelectuales de la época, como Pedro García Cabrera, Eduardo Westerdahl, Domingo Pérez Minik e, incluso, André Breton”, dijo.

En su opinión, el reconocimiento de hoy se puede entender “como símbolo de un sueño de libertad, pero también como denuncia pública, firme y permanente de quienes utilizaron esas mismas aguas para el asesinato abyecto de conciudadanos”.

“Domingo López Torres vivió por sus poemas y murió por su poesía, entendida ésta como ideario definitivo de su paso por el mundo”, dijo el acalde, quien concluyó que “o que no sabían sus asesinos –ni siguen entendiendo hoy los inquisidores de distinta ralea que siguen amenazando las libertades en todo el planeta– es que la voz de un poeta nunca muere, porque siempre hay alguien dispuesto a escuchar”.

Altura intelectual

El acto, celebrado en la plaza que conecta las calles Ganivet y Juan Ramón Jiménez, comenzó con la interpretación de una pieza musical, a cargo del grupo de cámara de la Banda Sinfónica de Tenerife y reunió a diversos miembros de la Corporación municipal.

La concejala instructora del expediente de concesión de honores ha sido Yaiza Afonso.

Para glosar la figura del poeta intervino Brian Morris, prestigioso historiador e hispanista catedrático de la Universidad de California y autor vinculado a las islas, quien realizó un acercamiento  a la obra de Domingo López Torres.

La iniciativa para el reconocimiento contó en su momento con la adhesión de más de un centenar de vecinos de la ciudad y de entidades como la Fundación Pedro García Cabrera, la Asociación para la Memoria Histórica de Tenerife, Círculo de Bellas Artes, la Asociación de la Prensa de Tenerife, el Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias  o la Fundación Academia Canaria de la Lengua.

Domingo López Torres, nacido en 1910, fue integrante del grupo de intelectuales vinculados a ‘Gaceta de Arte’ y mantuvo siempre un compromiso de izquierdas. Al inicio de la Guerra Civil fue apresado y en 1937 asesinado al ser lanzado desde un barco nodriza al mar dentro de un saco.