Operación Oikos: 200.000 euros por partido y la reunión entre Bravo y el capitán del Valladolid

El partido de Segunda División supuestamente amañado entre el Huesca y el Nàstic costó 200.000 euros, tal y como estima la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional y refleja en los informes de la Operación Oikos, que ha llevado a la detención de una decena de personas por su supuesta implicación en un trama de amaños en el fútbol español, presuntamente encabezada por Raúl Bravo, exjugador del Real Madrid.

“Hubo un primer pago, de aproximadamente la mitad de esa cantidad, antes del encuentro. El resto se pagó después, una vez que el partido había terminado como quería la trama para lograr altos beneficios en las apuestas”, aseguran fuentes policiales a ‘El País‘.

“Las apuestas se hicieron a través de los mercados asiáticos de juegos de azar, mucho más laxos en los controles y que dan grandes dosis de anonimato a estas mafias”, añaden.

Raúl Bravo, en libertad con cargos, mantuvo una reunión con Borja Fernández, excapitán del Valladolid, 48 horas antes de que se disputara el encuentro entre el Pucela y el Valencia, uno de los partidosque se encuentran en el foco de la investigación, tal y como aseguran fuentes policiales.

Durante esa reunión, los investigadores sospechan que Bravo podría haber acordado con el capitán el amaño del mencionado encuentro para realizar apuestas millonarias, informa ‘El Mundo‘.

Fernández, que se retiró del futbol profesional tras acabar la temporada, reconoció que dicho encuentro se había producido en un restaurante de su propiedad, tras una conversación con Bravo por Whatsapp. Según su testimonio, durante el mismo pidió consejo a Bravo, quién actualmente realiza el curso de entrenador en la Federación Madrileña de Fútbol, para entrenar a algún filial del Valladolid la próxima temporada.

Tras ser preguntado si en la reunión se habló sobre el partido Valladolid – Valencia, el sospechoso reconoció que lo único que le dijo fue que en el equipo estaban «muy tranquilos» porque «estaban salvados». La Policía desconfía de esta versión.

Bravo, por su parte, se ha acogido a su derecho a no declarar. A través de su entorno niega cualquier implicación en los amaños, aunque admite que apuesta como cualquier otro ciudadano.