Comer mal mata a más personas que el tabaco y el cáncer

Al menos 11 millones de personas en todo el mundo fallecieron en 2017 debido a una dieta desequilabrada. Esto supone una de cada cinco muertes prematuras registradas, según se desprende del estudio publicado en las últimas horas por la revista médica ‘The Lancet’ que apunta que en España la cifra alcanza las 44.000 personas.

Tras la presentación  de este estudio, el  investigador de la Universidad de Washington, Christopher Murray, se ha mostrado contundente al afirmar que se confirma lo que se lleva pensando durante varios años: «una dieta deficiente es responsable de más muertes que cualquier otro factor de riesgo en el mundo».

Los autores han confirmado que la mala alimentación, y en concreto el exceso de sodio (sal) y de azúcar, es responsable del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes del tipo dos. Denuncian, además, la fata de consumo de alimentos importantes como fruta, legumbres y frutos secos.

Bajo el título ‘Global Burden of Disease’, los investigadores han analizado el consumo de 15 tipos de alimentos en 195 países a lo largo de casi 20 años, entre 1990 y 2017.

En el ranking final, España no sale demasiado mal parada y se sitúa como el tercer país con menos muertes prematuras por la mala alimentación, solo superada por Francia e Israel que se sitúa en primera posición.

Pese a ello, el estudio denuncia que en España se consume casi el doble de la cantidad de sal que recomienda la Organización Mundial de la salud, que ha pedido reducir su consumo de cinco a dos gramos diarios. Ese exceso de sal es el responsable de una de cada tres muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares.

El análisis, financiado por la fundación de Bill y Melinda Gates, urge a incrementar los esfuerzos globales para luchar contra los malos hábitos alimenticios y promover «nuevas políticas para impulsar dietas equilibradas.

No en vano, los datos resultan muy alarmantes si se tiene en cuenta que en  1990, el número de fallecimientos por esta causa era de ocho millones de personas.