El consumo de pornografía en España se adelanta a los 8 años

La edad a la que los jóvenes se inician en la pornografía es cada vez menor y está unida a la que acceden a los dispositivos móviles: los ocho años, según revela una investigación de la Universidad de las Islas Baleares y varias ONG de infancia, que alertan de que la violencia característica de la industria del ‘porno’ está determinando su educación sexual y afectiva.

El primer vídeo pornográfico que llega a los menores es a través del móvil. De hecho, el consumo de pornografía es ya mayor a través de estos dispositivos (50,4%) que mediante el ordenador (43,1%), según el estudio presentado este lunes por los investigadores Lluís Ballester y Camen Orte con 2.457 jóvenes de entre 16 y 29 años.

Con el avance de las nuevas tecnologías, la pornografía se ha convertido en un bien “de fácil acceso y aparentemente gratuito sin ningún límite”, explicó Ballester en una rueda de prensa celebrada en Madrid. No hace falta que los niños y niñas busquen este tipo de contenidos, sino que les llegan “por una vía o por otra” a través de sus móviles.

Y es que la pornografía se está convirtiendo en el primer contacto de los menores con la educación sexual, con la consiguiente violencia y dominación del hombre sobre la mujer que desprende. Esto conlleva riesgos: “En el porno no hay palabras, no hay seducción, no hay discurso; todo empieza con una erección y acaba con una eyaculación”, destacó el investigador.

La investigadora y exdirectora del Imserso Carmen Orte, explicó por su parte que “el uso de la pornografía cambia las relaciones interpersonales y la manera de percibir al otro sexo”. En este sentido, la educación sexual que estarían recibiendo los menores es que la mujer “queda reducida a una mera actriz en un intercambio sexual rápido y descontextualizado donde no hay guion”, añadió.

Según los autores del informe, está clara la relación entre las conductas violentas de los jóvenes en el ámbito del sexo -como ocurre con las conocidas como ‘manadas’ y agresiones sexuales en grupo- con el tipo de educación sexual que perciben. Si la pornografía les presenta la dominación masculina como algo habitual, sostienen los investigadores, reproducirán esos roles en sus relaciones.

“Un niño de 13 años puede haber visto cientos de violaciones sin apenas darse cuenta de que son violaciones”, destacó Ballester. De hecho, ante la falta de una educación sexual y afectiva en las escuelas, el 33,1% de los chicos entrevistados para el estudio reconoce visitar páginas pornográficas para “aprender sobre sexo” y, según el informe, “muchos adolescentes masculinos han tenido las mejores experiencias sexuales gracias a la nueva pornografía”.

LAS MUJERES EMPIEZAN A CONSUMIR PORNOGRAFÍA

Pese a que el público de la industria del porno sigue siendo predominantemente masculino -lo consumen el 87% de los hombres frente al 55% de mujeres, según el estudio-, ellas consumen cada vez más pornografía. Y es que en los últimos cinco años, el porcentaje de mujeres que ven películas o vídeos sexuales se ha elevado un 20%.

Sin embargo, las motivaciones entre hombres y mujeres parecen ser distintas. Mientras ellos buscan la masturbación y, por ende, la eyaculación en un 62,4% de los casos, ellas lo hacen mayoritariamente para saciar su “curiosidad”.

La exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Carmen Montón, que participó en un coloquio posterior a la presentación del informe, puso de relieve que “el porno genera cultura, una cultura donde las mujeres son un objeto”. Además, cuestionó que nuevas fórmulas como el llamado ‘porno feminista’, que pone el foco en el placer femenino y no sólo en la eyaculación del hombre, sea “lo que buscamos para sentirnos iguales”. “Para mí, desde luego, no”, afirmó.

Por último, demandó una mayor educación sexual y afectiva en las escuelas porque, a su juicio, la pornografía está supliendo ese papel. “¿Acaso la industria del porno es filantrópica y busca educar a las personas?”, concluyó.

(SERVIMEDIA)