Cruz Roja atiende a más de 80.000 personas en el ámbito del empleo

Más de 80.000 personas han sido atendidas por Cruz Roja en el ámbito del empleo desde el estallido de la pandemia el pasado mes de marzo y la organización ha atendido más de 4,6 millones de solicitudes de información y orientación laboral a través de Internet. En algunos casos, como el de Francisco o Gema, han encontrado trabajo, «un milagro» en medio de la pandemia.

«Si la gente con la que trabajamos tenía ya más dificultades para encontrar trabajo por su situación de desigualdad, ahora muchísimo más, ahora trabajar es como un milagro y que ese empleo sea mínimamente decente, más todavía», ha explicado la subdirectora del Plan de Empleo de Cruz Roja, Maika Sánchez, en una entrevista con Europa Press.

Sánchez anima a las personas que están en situación de desempleo a seguir haciendo cursos y a mejorar las competencias digitales, e invita a no perder la esperanza porque «sigue habiendo empresarios que siguen ofreciendo oportunidades laborales».

Este es el caso de Francisco, almeriense de 20 años, que está dentro del proyecto Segundas Oportunidades de Cruz Roja. Ha participado en diferentes talleres de orientación laboral y ha conseguido un trabajo como camarero en medio de la pandemia.

«En Navidad del año pasado me quedé en paro. Hace un mes y una semana encontré trabajo como camarero, pensaba que si antes de la pandemia ya era complicado, en pandemia sería imposible», comenta a Europa Press el joven, que se ha convertido en el sustentador de su familia, formada por él, su padre y su abuelo.

Antes de que encontrara empleo, salían adelante con la pensión de su abuelo pero, tal y como reconoce, este dinero «ayuda, pero no cubre todo». Ahora, están «felices» por que Francisco haya encontrado trabajo, algo por lo que asegura estar «muy agradecido» a Cruz Roja.

A pesar de la pandemia, la ONG ha continuado con sus programas de empleo durante el confinamiento, ha seguido impartiendo cursos de formación a través de zoom y dando orientación a la carta, «para que la gente no se desenganchara y pudiera seguir buscando trabajo».

Lo que ocurrió fue que muchas empresas con las que Cruz Roja estaba trabajando cerraron o se acogieron a un ERTE. «Tuvimos que ser rápidos y empezar a trabajar con las empresas que estaban ofreciendo servicios esenciales, pues muchas de ellas necesitaban trabajadores, para logística, cuidado, limpieza, almacenes, etcétera», ha explicado Maika Sánchez.

Otro «milagro» fue el de Gemma Adell, de 56 años, que ha trabajado la mayor parte de su vida en la economía sumergida. Tras realizar el curso de Higiene y Atención Sanitaria Domiciliaria de Cruz Roja, ha sido contratada como auxiliar de ayuda a domicilio.

«Tengo 56 años y llevo 38 trabajando, me daba mucha rabia tener cotizados solo 12 años. Estuve en varias casas, luego en una de interina dos años, luchando para que me aseguraran. Como no hubo manera, me fui y justo entonces, llegó la pandemia», recuerda en declaraciones a Europa Press.

Pudo subsistir gracias a que la acogió su sobrina, pero asegura que lo pasó «muy mal» y tuvo que pedir dinero a sus amigas. «Llegué a coger un poco de depresión», afirma.

Cuando la trabajadora de Cruz Roja con la que contactó le propuso hacer el curso de Higiene y Atención Sanitaria Domiciliaria, Gemma no tenía confianza en poder sacarlo pero lo aprobó «con buenas notas» y lleva ya cinco meses trabajando en la empresa Clece.

Ahora, puede mirar al futuro y se muestra muy agradecida con la ONG. «Muchísimas gracias a Cruz Roja, hasta cuando he llorado me han ayudado un montón y ahora en este trabajo son buenísimas personas», ha destacado.