Acusados de pagar a menores tuteladas a cambio de sexo sostienen que creían que eran adultas

Los dos hombres juzgados este viernes en la Audiencia Provincial por varios delitos de corrupción de menores y de abuso sexual, por presuntamente pagar a menores a cambio de sexo y prácticas fetichistas, se han defendido asegurando que creían que las chicas eran mayores de edad.

La mayoría de las víctimas eran menores tuteladas y residían en centros especiales de acogida. Los acusados son un español de 64 años, procesado por dos delitos de corrupción de menores, y un nigeriano de 39, acusado de varios delitos de corrupción de menores y otro de abuso sexual sobre menor de 16 años con acceso carnal. La Fiscalía pide para ambos penas que suman 23 años de cárcel.

La Fiscalía también reclama medidas de libertad vigilada para los acusados cuando salgan de prisión, órdenes de alejamiento y que se les obligue a someterse a un programa formativo de educación sexual.

Los dos hombres han afirmado en el juicio que las chicas les habían dicho que eran adultas. Incluso, el acusado más joven ha sostenido que una de las víctimas le había enviado una fotocopia de un DNI falso para convencerle de que era mayor de edad. También ha dicho que no tenía «ni idea» de que residían en un centro para menores.

Según este relato, posteriormente la menor admitió que había mentido y él la bloqueó. El hombre ha mantenido que cuando se enteró de que eran menores decidió distanciarse: «Le envié un mensaje muy claro: no quiero verte hasta que tengas 18, entonces podremos hablar».

El hombre nigeriano ha admitido que obtuvo de ellas relaciones de naturaleza sexual mediante regalos y dinero, pero ha rechazado que hiciera una transferencia de 3.000 euros a una menor a cambio de mantener relaciones completas. Según su versión, las relaciones fueron «consentidas». Además ha negado «absolutamente» que forzase a alguna de las chicas en ningún momento.

Este acusado ha consignado el pago de 5.000 euros por las posibles indemnizaciones a las víctimas en caso de que le condenen. En el juicio -donde sólo ha contestado a las preguntas de su letrado- ha afirmado que está «arrepentido».

Por su parte, el hombre español ha admitido que varias veces dio a las víctimas billetes de 20 o 50 euros o les invitó a cenar o al cine, a cambio de prácticas fetichistas en las que él actuaba como ‘esclavo’ y las chicas como sus ‘amas’.

Gracias a esta confesión, se prevé que la Fiscalía rebaje la condena que pide para este acusado. Originalmente se pedían cinco años de cárcel para él, la nueva petición de condena podría implicar no entrar en prisión.

INTERROGATORIO DIFÍCIL A LAS TESTIGOS

Tras la declaración de los acusados ha empezado la testifical de las chicas en calidad de testigos. Varias de ellas son ya mayores de edad. Ha sido un interrogatorio difícil, con respuestas escuetas y confusas. Una de las menores -cuyo testimonio era clave en la acusación por abuso- ha rechazado acudir a la Audiencia y esto ha provocado que se suspenda el juicio hasta diciembre.

Una de las chicas ha declarado por videoconferencia -por petición del centro para evitar riesgos de fuga- y ha preguntado al empezar si podía acogerse al derecho a no declarar. El presidente del Tribunal le ha aclarado que al contrario, tenía obligación de declarar y que podía incurrir en delito si mentía.

Las jóvenes han contestado a muchas preguntas con monosílabos o afirmando que no recordaban los detalles por los que se les preguntaba. Algunas también han aportado versiones que no encajaban con lo que declararon durante la instrucción. Por ello, la Fiscalía, ante las contradicciones de algunas testigos, ha llegado a lanzar advertencias de las consecuencias de incurrir en falso testimonio y ha recordado que no deben «proteger a nadie».

NIEGAN QUE EL DINERO FUERA A CAMBIO DE SEXO

A grandes rasgos, los testimonios de las chicas coinciden en que el hombre les dio dinero, pero sostienen que no era expresamente a cambio de sexo. Aunque algunas han reconocido que mantuvieron relaciones sexuales con el acusado -mientras otras han negado que lo propusiera siquiera-, muchas de ellas han dicho que el dinero y los regalos eran «porque sí», sin ningún motivo, por pura «generosidad» del acusado.

«A él le salía darme 2.000 euros, era así», ha dicho una de ellas, que ha explicado que habitualmente le pedía dinero ella a él, o él se lo daba sin pedírselo. Esta misma chica -que tenía 18 años entonces- ha admitido que el hombre le preguntó alguna vez «cuánto dinero quería por follar», pero ha afirmado que se lo tomó a broma.

Otra chica ha apuntado que «supone» que con estos regalos y entregas de dinero el hombre estaba intentando «conquistarlas».

NIEGAN QUE FUERAN FORZADAS

Otro aspecto en el que han coincidido las chicas es en que nunca fueron forzadas a hacer nada en contra de su voluntad; y en que le conocieron o a través de Facebook o a través de una amiga.

Respecto a si el acusado sabía que eran menores, algunas han declarado que al principio le mintieron diciendo que eran adultas y que posteriormente se lo dijeron; otras han aseverado que desde el principio el hombre supo que eran menores y que a pesar de ello siguió manteniendo encuentros con ellas.

La víctima de abuso, que tenía 14 años en el momento de los hechos, se ha negado a comparecer. Una educadora social del centro donde se encuentra interna ha sido quien ha podido aportar algunas pistas sobre lo que pudo ocurrir aquella noche.

La educadora ha explicado que tras una fuga la víspera de su cumpleaños, la niña volvió al centro «llorando» y con muy mal aspecto, encerrándose en su habitación. «Decía que había pasado una cosa terrible y que no quería hablar», ha explicado la profesional.

Al día siguiente, la menor pidió que le administraran la píldora del día después. No dio muchos detalles más allá de mencionar que había estado «con un chico», pero por sus palabras la educadora interpretó que había ocurrido algo grave.

Además, la profesional ha explicado que la menor no recibía una paga pero a pesar de ello «manejaba mucho dinero», y que era consumidora de marihuana y cocaína. «Le avisábamos en muchas ocasiones de que se ponía en riesgo, estaba prácticamente más tiempo fuera del centro que dentro», ha lamentado.

DABA ALTAS PROPINAS A LOS EMPLEADOS DEL HOTEL

Por otra parte, dos empleados de uno de los hoteles a los que acudía el hombre han confirmado que éste daba altas propinas a los empleados. Uno de ellos ha afirmado que en el hotel, situado en Calvià, estaban todos «muy contentos» con él, que era «muy buen cliente»; de hecho ha admitido que esto propició que nadie intentase averiguar si estaba ocurriendo algo «raro», a pesar de que el hombre iba habitualmente al hotel con chicas muy jóvenes.

Una camarera de pisos sí dio aviso a la Guardia Civil cuando vio a dos chicas salir de la habitación del acusado -que siempre reservaba una suite de lujo-. Las jóvenes le parecieron «crías» y según su versión se notaba «claramente» que eran menores.

«No me cuadraba la historia, ¿qué hacía él con estas dos niñas, si ni hablaban el mismo idioma? No tenían nada que ver», ha explicado. Al entrar en la habitación y ver la escena, dio parte a las autoridades. «Esa noche no dormí», ha dicho la mujer. El hombre fue detenido en este hotel en octubre en compañía de una menor.

Por otra parte, los agentes de la Guardia Civil que examinaron los móviles del acusado han explicado que constataron ofrecimientos de dinero -donde hasta se facilitaba un número de cuenta para hacer el ingreso- y diversas alusiones a que las chicas estaban recluidas en «el centro», de las que se podría deducir que el acusado sabría que eran menores.