Los pediatras piden a los colegios «rigurosidad» con las medidas sanitarias

La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha actualizado la propuesta de recomendaciones generales que ya elaboró en el mes de mayo en relación a la ‘Apertura gradual de las áreas de educación infanto- juvenil’, y ha pedido a los centros educativos que sean «rigurosos» a la hora de cumplir con todas las medidas de seguridad propuestas, al tiempo que los padres sean «responsables» a la hora de llevar a sus hijos a la escuela si estos presentan algún síntoma de Covid-19, por leve que sea.

«Reconociendo la importancia de la experiencia vital asociada al modelo educacional tradicional basado en la asistencia a las aulas, es importante prever adecuadamente cómo y en qué condiciones debe producirse la vuelta a los colegios, y qué medidas son necesarias desde una visión de salud pública para garantizar la seguridad de los menores y minimizar el riesgo de transmisión. Es necesario considerar los costes sociales y económicos asociados con mantener las escuelas cerradas, que pueden fomentar un aumento en las desigualdades sociales», ha dicho la presidenta de la AEP, María José Mellado.

Por su parte, el coordinador del Grupo de Trabajo de la AEP para la Reapertura de la Escolarización, Quique Bassat, ha señalado que la reincorporación presencial a los centros escolares se hace en cumplimiento del derecho que tienen los niños y los adolescentes al aprendizaje y a la socialización, como necesidades básicas para su desarrollo, contempladas por la Convención de los Derechos del Niño (CDN).

Con los conocimientos adquiridos desde el inicio de la epidemia del nuevo coronavirus, parece que los niños no son una población particularmente vulnerable a los efectos graves de la infección por Covid-19. De hecho, los casos de enfermedad pediátrica grave son infrecuentes y, con muy pocas excepciones, la mayoría de las infecciones transcurren de forma leve o incluso asintomática.

«Es importante destacar que los niños parecen infectarse de forma similar a los adultos, suelen expresar de forma más leve los síntomas asociados a la infección y son una potencial fuente de transmisión a otros niños y adultos, aunque menos eficientes, especialmente los menores de 10 años», ha explicado Mellado.

Por ello, las recomendaciones de la AEP pretenden minimizar el riesgo de transmisión del virus en las escuelas y la contención de la diseminación de la pandemia a partir de los escolares. Estas medidas han sido diseñadas con una visión de utilidad en salud pública y pueden ser difíciles de implementar en su totalidad en las diferentes escuelas, dependiendo de las particularidades de cada centro.

«Somos conscientes de que su interpretación a la hora de ser puestas en marcha dependerá de los recursos disponibles y de la situación epidemiológica en la que se encuentre la zona donde esté la escuela», ha apostillado la presidente de la AEP.

Al respecto, el doctor Bassat ha confiado en que estas medidas «bien implementadas» consigan que el curso escolar pueda desarrollarse dentro de una asidua asistencia por parte de los escolares y que la «vuelta al cole» transcurra, «dentro de lo posible y dadas las circunstancias, de manera normal».

Para ello, ha recalcado el coordinador del grupo de Reapertura de la Escolarización, es importante que «todos» los agentes implicados, ya sean los centros o los padres, sean «responsables», cada uno en la medida de sus posibilidades, y cumplan de «forma rigurosa» las medidas propuestas.

USO DE MASCARILLAS EN LA EDAD PEDIÁTRICA

El documento también hace recomendaciones en relación al uso de mascarillas en la edad pediátrica. Así, la AEP establece que, en la medida de lo posible, «los niños mayores de 6 años, así como todos los adultos, deberán llevar mascarillas mientras estén en las aulas».

La actividad física puede aumentar la excreción de virus por lo que, mientras se hace deporte en el colegio, o durante el recreo, los niños deberán también usar la mascarilla. «A pesar de que la transmisión del virus disminuye en el exterior, el uso de mascarillas durante las actividades deportivas es particularmente importante debido a las dificultades para mantener el distanciamiento recomendado de 2 metros mientras se practica el deporte o se juega en el patio», ha matizado el experto.

Otro aspecto fundamental durante este curso académico que debe ser tenido en cuenta es, a juicio de la organización, la labor desempeñada por los equipos psico-pedagógicos y de orientación escolar cuyo interés por los alumnos debe ir más allá de los resultados académicos-curriculares.

«Es importante que los centros educativos sean especialmente sensibles durante este curso a las necesidades que puedan tener determinados alumnos con una patología crónica, problemas de integración o de aprendizaje, así como al posible impacto emocional, conductual, etcétera, derivado de las medidas de confinamiento o de las circunstancias familiares de adversidad o de vulnerabilidad social, con especial atención a la pobreza y a cualquier forma de maltrato», ha argumentado Bassat.