Lugares del planeta que te harán pasar miedo

El cráter de Darvaza

 

El pozo de Darvaza parecerá para muchos de nosotros como la puerta al mismísimo infierno, y por eso también se le conoce como tal. ‘La Puerta al Infierno’ es en realidad una prospección de gas ubicada en el desierto de Karakum, en pleno Turkmenistán.

Fue descubierta por casualidad en 1971, cuando la tierra se tragó a un equipo entero de material de geólogos soviéticos que buscaba yacimientos de petróleo o gas natural en la zona. Cuando comenzaron a investigar el lugar, determinaron que se trataba de un agujero de 60 metros de diámetro por 20 de profundidad, lleno de gas natural. Al llegar los investigadores al lugar, lanzaron una cerilla al interior del pozo, creando un misterioso espectáculo de fuego. Sorprendentemente lleva desde 1971 ardiendo, sin saberse a ciencia cierta cuando se apagará.

Las Catacumbas de París

 

Aunque en un principio eran utilizadas por los romanos como cuevas de piedra caliza, las Catacumbas de París contienen los restos de casi seis millones de ciudadanos parisienses, desde el siglo XVIII. Esta decisión se tomó por los mandatarios policiales y de las minas de París, debido al exceso de fallecidos enterrados y sin enterrar en los cementerios anexos a la capital francesa.

Finalizado en 1870, se ha convertido en uno de los sitios predilectos para visitar de París, aunque sólo existe un pequeño tramo para los turistas, ya que el resto está prohibido por la facilidad para perderse entre los túneles, además de poder encontrarte con restos de prácticas satánicas…Todo bajo pena de una cuantiosa multa económica.

El lago Nyos

Ubicado bajo el volcán inactivo del monte Oku, el Lago Nyos tiene una superficie de casi dos kilómetros, y 200 metros de profundidad.  En 1986 una nube de dióxido carbono producido por la saturación del agua del lago produjo que más de un kilómetro cuadrado de carbono se desplazase por toda la tierra colindante, matando rápidamente a 6.000 cabezas de ganado y 1.800 personas.

Se cuenta que este suceso ocurrió en plena noche, y las personas murieron mientras dormían. Los que consiguieron sobrevivir, se levantaron poco tiempo después, para ver los cuerpos sin vida de sus familias. Después se suicidaron al ver el horrendo espectáculo. Esta erupción lleva desde 1990 siendo estudiada por los investigadores, que se han instalado en el lago con el fin de prevenir este tipo de formaciones de dióxido de carbono.

La isla de Hashima

La isla de Hashima es una de las 505 islas deshabitadas de Nagasaki, Japón. Hashima fue comprada por la empresa Mitshubishi en 1890, con intención de que allí vivieran los trabajadores que explotarían carbón para todo el planeta.

Sin embargo, no fue hasta 1959 cuando la isla quedó abandonada, pues además de
la superpoblación del lugar (se llegó a superar el máximo histórico de ciudadano por metro cuadrado en una isla) se comenzaba a consumir más petróleo que carbón, por lo que las familias se vieron obligadas a abandonar la isla. Si queremos visitar el lugar, podemos ir perfectamente en barco, ya que desde 2009 está abierta al público una pequeña parte de la isla. Además se utilizó en 2012 para la película del Agente 007, ‘Skyfall’.

El Osario de Sedlec

Las imágenes hablan por sí solas. En 1870, se encargó al tallista Frantisek Rint preparar y ordenar una pequeña capilla ubicada en la República Checa. Cientos de años antes, había pasado por allí el abad de la zona, Henry, el cual trajo de sus viajes al Gólgota un poco de tierra, por lo que miles de personas querían enterrarse en el lugar.

Al principio todo iba bien, pero tras la peste y las guerras husitas, el cementerio de Sedlec no daba más de sí.

Cuando Rint tuvo la oportunidad de ordenar los huesos, decidió crear diferentes  estructuras talladas completamente con huesos humanos: escudos de armas, paredes, lámparas y cientos de caprichosas formas adornan el lugar.

 La isla de las Muñecas

Situada en la zona mexicana de Xochimilco, la isla de las muñecas toma su nombre de la cantidad de muñecas que se encuentran desperdigadas por toda la zona. El dueño de la isla, Julian Santana Barrera, vivió allí durante más de 50 años, y todas las muñecas que encontró en las basuras, las colgó de los árboles, puertas y alambres que tuvo a su alcance.

Cuenta la leyenda que Santana hizo eso para librarse del espíritu de una joven
muchacha que falleció en aquella isla ahogada, y que atormentó al pobre hombre
durante toda su estancia. Julián murió ahogado en el mismo lago que la joven, años atrás.

Valles Secos de McMurdo

Ubicado en plena Antártida, los Valles Secos de McMurdo es uno de los desiertos más secos del mundo. Allí podemos encontrar zonas muy curiosas, como el lago vida y las cataratas de la sangre, además su geología permite un estudio similar al del planeta marte. El Lago Vida posee en sus profundidades bacterias congeladas desde hace más de 2.800 años. Una capa de 20 metros de grosor de hielo impide acceder fácilmente al estado líquido, que se mantiene así a pesar de los -10 grados de temperatura gracias a su excesiva salinidad.

Las Cataratas de Sangre se producen bajo el Glaciar Taylor, cuando unas
bacterias con un metabolismo basado en el azufre y el hierro tiñen de rojo el
hielo. Un espectáculo digno de ver.

La zona del Silencio

La Zona del Silencio se ubica entre los estados mexicanos de Durango, Chihuahua y Coahuila, y se dice que en esta zona se suceden anomalías magnéticas, así como mutaciones de la flora y la fauna y aterrizajes extraterrestres.

En 1970 un misil norteamericano de pruebas perdió el control impactado contra esta zona. El misil contenía grandes dosis de cobalto 57, altamente radiactivo, lo que provocaría los cambios en el terreno y los fallos magnéticos. Aun así todo esto son solo suposiciones, ya que no hay datos que apoyen estas teorías. Independientemente de lo que sucediera allí, la zona del silencio es una zona de reserva de biosfera, desde 1974.

La isla de Poveglia

La isla de Poveglia se ubica en Italia, entre Venecia y Lido, aunque nunca ha sido accesible para los turistas. Esta cualidad le permitió durante el siglo XVI albergar a todo aquel que estuviera (o pareciera estar) infectado por la peste. Se llegó a conocer Poveglia como ‘La isla de los muertos’ ya que allí llegaron a perder la vida más de un millón de personas. Los cuerpos eran quemados para evitar propagar la infección, por lo que el suelo se ha teñido de forma permanente de negro. Durante los años 30 de la década pasada se intentó volver a habilitar la isla, instalando un psiquiátrico.

Desgraciadamente los internos alegaban que varias voces gritaban, así como ver fantasmas moribundos pasear por las instalaciones. Desde entonces está abandonada.