Dea Kulumbegashvili aborda en ‘Dasatskisi/Beginning’ la condición humana

La directora Dea Kulumbegashvili (Georgia, 1986) aborda en su película ‘Dasatskisi/Beginning’, en la sección oficial de la 68 edición del Festival de San Sebastián, la condición humana a través de la mujer de un líder religioso que sufre la violencia. «La violencia forma parte de su vida y yo no puedo mirar hacia otro lado, pese a que la sociedad a menudo elige hacerlo», ha expresado.

El largometraje se sitúa en un tranquilo pueblo de provincias, donde una comunidad de Testigos de Jehová es atacada por un grupo extremista. En pleno conflicto, el mundo de Yana, la esposa del líder de la comunidad, se desmorona lentamente y «su insatisfacción interior crece mientras lucha por encontrar sentido a sus deseos».

Se trata de la ópera prima de Kulumbegashvili y forma parte de la selección oficial del Festival de Cannes 2020, cancelado por el COVID-19. La cineasta georgiana estudió dirección de cine en Universidad de Columbia, en Nueva York y ha dirigido los cortometrajes ‘Ukhilavi sivrtseebi’ (Invisible Spaces, 2014), que compitió en la Sección Oficial de cortos del Festival de Cannes, y ‘Léthé’ (2016), con el que regresó al certamen francés, esta vez dentro de la Quinzaine des Réalisateurs.

En rueda de prensa, Kulumbegashvili ha explicado que su motivación en este proyecto era «hacer una película acerca de una mujer a la que se considera un personaje secundario en la narrativa porque es la mujer de un líder religioso y siempre está en el trasfondo».

Respecto a los personajes, ha apuntado que no le interesa «hablar del bien y del mal como abstracto», sino de lo que «surge de una persona» y de cómo, en el caso de uno de los personajes masculinos, «el sistema ha abusado de él, si en cierto modo es víctima y si es posible la redención».

«PROCESO COMPLEJO»

En esa línea, ha agradecido la implicación de los actores en la película, ya que ha sido un «proceso muy complejo», en el que los intérpretes, según ha apuntado, «tuvieron que comprar su propio vestuario y alquilamos una casa para que pasaran el máximo tiempo posible allí».

Kulumbegashvili ha explicado que la película está rodada en el pueblo en que ella nació. En ese sentido, ha señalado que «la belleza del mundo» está presente en el largometraje, pero «también la violencia» y, a su juicio, «no es una decisión separar lo uno de lo otro».

Asimismo, ha manifestado que ha querido ser «muy honesta y muy real» en las localizaciones para rodar esta película y ha explicado la importancia que han tenido en la misma los silencios porque «son una parte de cómo vive» la protagonista.

Preguntada por si con este filme busca identificarse con un estilo que se salga de la norma, al abordar temas difíciles como la religión o la violencia, la realizadora ha apuntado que en Georgia «hay una tradición cinematográfica muy diversa» y ha afirmado que no cree en «un estilo en el cine» porque cada película «trae consigo algo propio». «En este momento estoy pensando en una nueva película y será algo muy diferente», ha destacado.