Suso se despide entre lágrimas del Sevilla FC: “Este es mi último año aquí”
La emoción pudo más que las palabras. Apenas sonó el pitido final en el Ramón Sánchez-Pizjuán, Suso Fernández rompió en llanto. El Sevilla FC acababa de firmar una victoria vital por 1-0 ante la UD Las Palmas, que lo deja a un paso de la salvación en LALIGA EA SPORTS 2024/25. Pero más allá del alivio deportivo, todos los ojos se posaron en el rostro del gaditano, visiblemente tocado, con lágrimas que hablaban por él.
Ante los micrófonos de DAZN, Suso fue directo y sincero. “Es mi último año aquí; no voy a seguir, pues a veces los ciclos necesitan cerrarse y es lo mejor para mí y para el club”. Sus palabras, breves pero contundentes, marcaron el cierre de una etapa que duró seis años. Una despedida sentida, honesta, de alguien que dio mucho más que fútbol en Nervión.
El peso de una temporada marcada por el sufrimiento
Este curso fue una montaña rusa para el Sevilla FC. Desde el arranque, el equipo se vio envuelto en una tormenta de malos resultados y problemas internos. Llegaron a acumular nueve partidos sin ganar, una racha que encendió todas las alarmas y provocó protestas de la afición, incluyendo una tensa visita a la ciudad deportiva en busca de explicaciones. Suso lo vivió todo en carne propia y no dudó en ponerle palabras al dolor colectivo. “Lo hemos pasado muy mal estos meses… La temporada ha sido mala. La gente tampoco se lo merecía”.
El gaditano dio voz al sufrimiento de un vestuario que, por momentos, se vio superado por la presión. Pero esa victoria ante Las Palmas trajo un respiro. Con 41 puntos en la tabla y dos fechas por delante, la permanencia está al alcance. Suso, emocionado, destacó la actitud del grupo. “Hoy es para estar orgulloso, para estar contento de que el equipo ha trabajado. La afición hoy ha empezado ganando el partido”. El triunfo no solo fue necesario, también simbólico.
La afición y Caparrós, claves en la recta final
Uno de los gestos más emotivos de la noche fue el abrazo entre Suso y Joaquín Caparrós. El veterano entrenador, que volvió a tomar las riendas en medio del caos, celebró su primer triunfo en este regreso con un guiño especial del jugador. “Le he dicho que estaba muy contento por él, que se lo merecía este ‘pastelito’, porque cogió el equipo en un momento complicado”, reveló Suso, con una mezcla de cariño y respeto.
El papel de la grada también fue determinante. Desde el calentamiento, el Ramón Sánchez-Pizjuán rugió como en sus mejores noches. Todos vestidos de rojo, con la voz al máximo. Y eso no pasó desapercibido para el jugador andaluz. “Les he pedido que empezaran con el primer gol y lo han hecho genial, desde el calentamiento. Han venido todos de rojo”, reconoció con orgullo. En medio del caos de una temporada compleja, el respaldo de la afición fue un faro. Un vínculo que se reforzó precisamente en los peores momentos y que acompañó a Suso hasta el final de su ciclo como sevillista.