Especial 20 Aniversario

3 enfermedades graves que se esconden tras un hormigueo ‘inocente’ en las piernas

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La mayoría de personas experimentan ocasionalmente sensaciones de hormigueo en las extremidades inferiores y suelen pasarlas por alto, atribuyéndolas a una mala postura o compresión momentánea. El hormigueo temporal puede parecer una molestia sin importancia, pero lo cierto es que este síntoma aparentemente inocente podría estar revelando la presencia de patologías mucho más graves que requieren atención médica inmediata. La percepción generalizada de que estas sensaciones son inofensivas contribuye peligrosamente a retrasar diagnósticos de condiciones potencialmente serias.

Expertos en neurología y medicina vascular advierten que no se debe subestimar la persistencia de estas señales corporales, especialmente cuando se vuelven recurrentes o se acompañan de otros síntomas. Detrás de ese cosquilleo o entumecimiento en piernas y pies pueden esconderse enfermedades que comprometen seriamente la salud si no son tratadas a tiempo. La comunidad médica recomienda prestar atención a estos avisos del organismo, pues constituyen en muchos casos el primer indicio de problemas que afectan desde el sistema circulatorio hasta el nervioso.

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PROBLEMAS CIRCULATORIOS: CUANDO LA SANGRE NO LLEGA CORRECTAMENTE

Fuente: Freepik

La circulación sanguínea deficiente representa una de las causas más frecuentes del hormigueo en las extremidades inferiores, manifestándose como una sensación de adormecimiento que suele empeorar con el paso de las horas. Los trastornos circulatorios periféricos ocurren cuando los vasos sanguíneos se estrechan o bloquean, limitando el flujo de sangre hacia los tejidos y provocando esa molesta sensación de acorchamiento que muchos describen como «tener alfileres clavados». Este síntoma suele intensificarse durante la noche o tras largos periodos de inmovilidad, constituyendo una señal de alarma que no debe ignorarse.

La enfermedad arterial periférica, condición potencialmente grave, afecta a miles de españoles que inicialmente solo experimentan un leve hormigueo como única manifestación. Esta patología se caracteriza por la acumulación de placa en las arterias que irrigan las extremidades, reduciendo progresivamente el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos musculares y nerviosos, lo que explica esa sensación tan característica. Los especialistas vasculares recomiendan consultar inmediatamente ante la persistencia de estos síntomas, especialmente cuando se acompañan de cambios de coloración en la piel, dolor al caminar o heridas que tardan en cicatrizar, ya que podrían indicar un compromiso circulatorio significativo que, sin tratamiento, puede derivar en complicaciones mayores.

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