Jasikevicius enseña el camino al Barça y se agarra al milagro en Mónaco por Euroliga
Sarunas Jasikevicius ya dejó su huella en la historia reciente de la Euroliga desde el mismo escenario donde este martes el FC Barcelona se juega el todo por el todo. El técnico lituano, hoy al frente del Fenerbahçe, logró lo que pocos creían posible hace apenas un año. Conquistar el pabellón monegasco en un quinto partido y asegurar su lugar en la Final Four. Aquel precedente no es un dato más para las estadísticas. Es, más bien, una inspiración viva. Un recuerdo que ahora guía a Joan Peñarroya y sus jugadores, que viajan a Mónaco con la ilusión intacta de repetir la gesta.
La historia no sonríe al conjunto azulgrana. Ningún equipo ha logrado remontar una serie de cuartos de final tras comenzar 0-2 sin tener el beneficio de cerrar la serie en casa. Solo el Real Madrid, en 2023, cambió el guion, pero con el respaldo de su afición en el último partido. El Barça, en cambio, tendrá que dar el golpe definitivo en la Salle Gaston Medecin, ese pequeño coliseo que ahora se levanta como el último obstáculo hacia la gloria. En esa misión, Jasikevicius es faro, es clave.
La inspiración de Jasikevicius
En el mismo escenario y bajo una presión idéntica, Sarunas Jasikevicius demostró que el Mónaco no es invulnerable. Su Fenerbahçe supo resistir la tensión, manejar el ambiente y ganar por la mínima (79-80) en una prórroga inolvidable. Ese día, dos triples de Nick Calathes sellaron el billete a la Final Four y rompieron con el mito de que el quinto partido siempre favorece al local. Ese golpe aún duele en Mónaco y, al mismo tiempo, reaviva la esperanza del Barça. Jasikevicius, con su temple y estrategia, trazó un plan que ahora inspira.
Su experiencia en duelos de alta exigencia representa una guía táctica y emocional para el conjunto azulgrana, que ya dio un paso de gigante al igualar una serie que arrancó cuesta arriba. El Barça de Joan Peñarroya ya mostró carácter. Con Jasikevicius como referencia, saben que conquistar una cancha ajena no es una utopía, sino un reto posible cuando hay convencimiento, cabeza fría y nervio. Jasikevicius lo logró. Y ahora, el Barça quiere seguir ese mismo camino.
De la debacle al renacer
El arranque de la serie fue un duro golpe para el Barça. El AS Mónaco impuso su jerarquía como local y tomó ventaja 2-0, dejando al equipo catalán contra las cuerdas. Figuras como Mike James, Elie Okobo y Alpha Diallo se encargaron de mostrar por qué el cuadro monegasco es uno de los más completos de Europa. El técnico Vassilis Spanoulis exprimió al máximo su plantilla y puso a los de Peñarroya en una situación límite. Pero la serie cambió de cara en Barcelona, donde el equipo encontró nuevas energías y recuperó su esencia.
Los triunfos en el Palau Blaugrana (100-89 y 72-70) no fueron accidentales. Respondieron a una mejora notable en defensa, a un juego más fluido y a un espíritu colectivo que había estado ausente en los primeros dos partidos. Willy Hernángomez asumió galones en la pintura y se convirtió en una de las claves del renacer azulgrana. Por su parte, el cuerpo técnico ajustó piezas y elevó el nivel físico del equipo, logrando equilibrar la serie y devolverle al Barça esa sensación de que la remontada era posible.