Roberto Olabe, director deportivo y una de las figuras más influyentes en la estructura moderna de la Real Sociedad, se despide dejando sensaciones encontradas. Su etapa, marcada por una visión a largo plazo y el impulso a la cantera, hoy se ve opacada por decisiones que generan incertidumbre.
La más reciente, y quizás más polémica, es la cesión de Nayef Aguerd sin opción de compra, una jugada que hoy se percibe como un serio error estratégico. Este movimiento se ha convertido en el reflejo de un legado que, aunque valioso, queda incompleto.
1Una operación que parecía menor y terminó siendo estratégica para Roberto Olabe
Cuando se anunció la llegada de Nayef Aguerd procedente del West Ham, el fichaje pasó desapercibido. No generó titulares ni grandes expectativas. Incluso para Roberto Olabe, el marroquí parecía una apuesta de bajo riesgo, con cierto recorrido en Europa, pero lejos de su mejor forma.
Lo que nadie anticipó fue su impacto inmediato. Aguerd se ganó rápidamente un lugar en el once de Imanol Alguacil, convirtiéndose en un central imprescindible. Su nivel fue tal que tapó con autoridad el hueco que dejó Robin Le Normand, devolviendo equilibrio a la zaga.