La Generalitat de Cataluña ha anunciado una serie de iniciativas ambiciosas para transformar la forma en que se gestiona el recurso hídrico en la región. Este «nuevo modelo« tiene como objetivo reducir significativamente la dependencia de las precipitaciones y asegurar que el 70% del consumo de agua provenga de recursos propios para finales de 2027.
Para lograr este objetivo, la Generalitat prevé construir una nueva desaladora en el Alt Empordà, así como acelerar los trabajos en las dos plantas de desalinización ya contempladas en la planificación hidrológica anterior.
Además de estas importantes inversiones en infraestructura, la Generalitat también tiene en mente mejorar los procesos de potabilización del agua, con la rehabilitación y modernización de plantas clave como la del Ter en Girona y la de Abrera en Barcelona. Estas medidas forman parte de una estrategia integral para hacer frente a los desafíos climáticos y garantizar un suministro de agua sostenible y resiliente para la población catalana.
CONSTRUYENDO UNA NUEVA DESALADORA EN EL ALT EMPORDÀ
La Generalitat ha anunciado planes para construir una nueva desaladora en el Alt Empordà, una región de Girona. Según la portavoz del Govern, Sílvia Paneque, esta nueva infraestructura costará aproximadamente 200 millones de euros, y el Ejecutivo catalán buscará incluirla en la planificación hídrica del Ministerio para que pueda ser financiada.
La nueva desaladora tiene como objetivo mejorar el abastecimiento en la cuenca del río Muga, que actualmente depende del embalse de Darnius Boadella y del acuífero del Fluvià Muga. Al contar con esta nueva fuente de agua desalinizada, la Generalitat espera reducir la dependencia de los recursos hídricos superficiales y subterráneos, que pueden verse afectados por los patrones climáticos cambiantes.
Además de la construcción de esta nueva planta, la Generalitat también ha anunciado que acelerará los trabajos en las otras dos desaladoras ya contempladas en la planificación hidrológica anterior: la ampliación de la desaladora de Tordera y la construcción de la de Foix en Barcelona. Estos proyectos, junto con la nueva infraestructura en el Alt Empordà, forman parte del «nuevo modelo» de gestión del agua propuesto por el Govern.
MEJORAS EN LOS TRATAMIENTOS DE POTABILIZACIÓN
Paralelamente a la expansión de la capacidad de desalinización, la Generalitat también tiene previsto implementar mejoras en los tratamientos de potabilización del agua en Cataluña. Estas iniciativas incluyen la rehabilitación y modernización de la planta del Ter en Girona, así como la aceleración de las actuaciones en la planta de Abrera en Barcelona.
Además, la Generalitat ha diseñado la transferencia de los caudales de agua residual desde el Besòs hasta la depuradora del Prat de Llobregat, con el objetivo de aprovechar la futura entrada en funcionamiento de la estación de regeneración de agua del Besòs, prevista para el año 2033. Esta medida permitirá aumentar la disponibilidad de agua de calidad tratada para su posterior distribución y consumo.
Finalmente, la Generalitat se ha comprometido a habilitar las partidas presupuestarias y los recursos necesarios para que los entes locales puedan impulsar nuevos tratamientos de regeneración, cañerías de distribución e infraestructuras relacionadas. Esta estrategia a nivel local complementará los esfuerzos a escala regional y contribuirá a la construcción de un sistema hídrico más resiliente y sostenible para toda Cataluña.
UNA INVERSIÓN AMBICIOSA PARA LOGRAR LA AUTOSUFICIENCIA HÍDRICA
En resumen, la Generalitat de Cataluña ha presentado un nuevo modelo de gestión del agua que busca reducir drásticamente la dependencia de las precipitaciones y garantizar que el 70% del consumo hídrico provenga de recursos propios para finales de 2027.
Para lograr este ambicioso objetivo, el Govern ha anunciado una serie de iniciativas clave, entre las que destacan la construcción de una nueva desaladora en el Alt Empordà, la aceleración de los proyectos de desalinización en Tordera y Foix, y la mejora de los procesos de potabilización y regeneración del agua.
Según los cálculos de la Generalitat, la inversión global necesaria para llevar a cabo estas transformaciones se estima en 2.000 millones de euros, más del doble de lo que se tenía previsto anteriormente. Esta apuesta sin precedentes por la autosuficiencia hídrica refleja la determinación del Govern de hacer frente a los desafíos climáticos y garantizar un suministro de agua sostenible y resiliente para la población catalana.