Las inclementes condiciones meteorológicas que afectaron a las Islas Baleares esta semana provocaron la cancelación de un elevado número de vuelos en los principales aeropuertos de la región. Desde el miércoles hasta el viernes, los aeropuertos de Palma, Ibiza y Menorca se vieron seriamente paralizados, lo que alteró significativamente la conectividad aérea y el tráfico de pasajeros en las islas.
Detalle de las Cancelaciones por Día
El miércoles, el aeropuerto de Palma canceló más de 150 vuelos de un total de 1.000 programados, lo que representó el 15,7% de la operativa. En Ibiza, 15 vuelos de 370 fueron cancelados, un 5%; mientras que en Menorca, 10 de 170 programados, un 5,9%.
El jueves fue el día con mayor número de cancelaciones, pues la situación meteorológica no dio tregua. En Palma se cancelaron más de 180 de 950 vuelos previstos, un 19,3%; en Ibiza, 18 de 370, un 4,8%; y en Menorca, 10 de 160, un 7,9%.
Para el viernes, si bien aún se registraban retrasos generalizados, especialmente en vuelos con centro Europa, la situación mejoró. En Palma se habían operado 700 de los más de 1.000 vuelos programados, con unas 10 cancelaciones. En Ibiza, unos 40 vuelos de más de 450 se vieron afectados, y en Menorca hubo 2 cancelaciones de 120 movimientos.
Medidas de Coordinación para Garantizar la Seguridad
Las autoridades competentes, como Enaire y el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, adoptaron protocolos de actuación para evitar la acumulación excesiva de aeronaves en el espacio aéreo. Esto incluyó la posibilidad de llegar al «rate 0«, que en la práctica implica la paralización de la operativa, siempre con el objetivo de priorizar la seguridad de los pasajeros y la tripulación.
El secretario de Estado del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y presidente de Enaire, José Antonio Santano, enfatizó que «la seguridad es la principal preocupación y el motor de todas las decisiones«. Además, descartó firmemente las críticas de algunas compañías aéreas, como Ryanair, que acusaron a las autoridades de un «supuesto exceso de celo de seguridad», afirmando que «nunca el interés comercial de una compañía aérea va a estar por encima de la seguridad«.
En definitiva, las tormentas que azotaron a las Baleares esta semana provocaron importantes trastornos en la conectividad aérea de la región, obligando a las autoridades a tomar medidas de coordinación para garantizar la seguridad de los pasajeros y la tripulación, a pesar de las críticas de algunas aerolíneas.