Especial 20 Aniversario

La familia de Pablo González a la espera de noticias tras su examen médico en Rusia

Tras un prolongado período de encarcelamiento en Polonia, el periodista Pablo González ha sido puesto en libertad. Esta noticia ha sido recibida con gran alegría por su pareja, Ohiana Goiriena, y sus tres hijos, quienes se encontraban desesperados por su regreso. Goiriena, en una entrevista con Europa Press, ha compartido los detalles de este momento tan esperado.

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Según relata Goiriena, cuando el abogado les comunicó la noticia de la liberación de Pablo, sus hijos «saltaban de alegría y gritaban: ‘aita está libre'». La emoción desbordaba a la familia, quienes anhelaban con fervor el reencuentro con el padre. Goiriena expresó que sus hijos «se peleaban para ver quién será el primero en hablar con su padre cuando llamen», demostrando la profunda conexión y el anhelo de volver a tenerlo a su lado.

La Odisea Judicial y el Sufrimiento de la Familia

El caso de Pablo González ha sido marcado por una verdadera odisea judicial, donde la justicia polaca ha mantenido al periodista encarcelado durante casi dos años y medio sin celebrar un juicio. Goiriena ha señalado que «las pruebas que decían tener no han aparecido en dos años y medio, y no les interesaba llevarle a juicio». Esta situación evidencia las falencias y las irregularidades en el proceso, lo que ha generado un profundo sufrimiento para la familia.

Goiriena ha resaltado que en Polonia «ni hay límite de tiempo» para la prisión preventiva, lo que ha permitido a las autoridades mantener a Pablo González encarcelado sin justificación. Esto ha significado una dura prueba tanto para el periodista como para su entorno familiar, quienes han tenido que lidiar con la incertidumbre y la angustia durante este prolongado período.

El Reencuentro y el Futuro Incierto

Ahora, con la libertad de Pablo González, la familia se encuentra a la espera de su regreso a Vizcaya, donde residen. Goiriena ha manifestado que cree que «su familia será su prioridad» y que «lo que no sé es cuándo vendrá». Este reencuentro, después de tanto tiempo de separación, sin duda representará un momento de gran emoción y alivio para todos.

Sin embargo, el camino hacia la normalidad no será sencillo. Goiriena ha reconocido que «esto ha sido un ver venir, pero, claro, ya es distinto con él en libertad». El futuro incierto que enfrentan les exigirá una adaptación y una reconstrucción de sus vidas, después de haber atravesado esta amarga experiencia.

En resumen, la liberación de Pablo González representa un momento de esperanza y justicia para él y su familia, quienes han sufrido las consecuencias de un sistema judicial cuestionable. Ahora, enfrentan el desafío de reanudar sus vidas y reencontrarse, tras este prolongado y doloroso proceso.

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