La situación en medio oriente ha salido ya de las fronteras israelíes, y sus efectos no parecen detenerse en esa región. La realidad es que los recientes ataques en conjunto de Reino Unido y Estados Unidos a los objetivos hutíes en Yemen no ha reducido las tensiones en el mar rojo, de hecho las ha empeorado, complicando aún más la resolución del conflicto en esta zona que parece incluir cada vez a más jugadores geopolíticos.
Esto apunta a que se pueda seguir extendiendo, y teniendo efectos directos sobre la economía en Europa y España. Desde el consumo directo de productos, pasando por las importaciones y la energía, el Mar Rojo, donde las milicias hutíes mantienen sus ataques a cualquier embarcación que atraviesa la zona. Es un problema especialmente delicado en un momento en el que la sequía ha hecho complicado el uso del canal de Panamá.
Con el Canal de Suez y el Canal de Panamá sufriendo de interrupciones al mismo tiempo, esto obliga a las embarcaciones comerciales a tomar rutas mucho más extensas para llegar a sus destinos, lo que complica no solo el mapa de la guerra en medio oriente, sino el del comercio internacional. En particular, el Canal de Suez es vital para el transporte de combustible, por lo que puede tener un efecto negativo en un mercado energético que todavía tiene una situación delicada debido a los efectos de la guerra de Ucrania.
Este escenario en el mar Rojo está provocando que el precio de los contenedores para esta ruta se pueden triplicar, pasando de 1.000 euros por contenedor a los 3.000 euros. Un aumento que se sentirá en el bolsillo de los europeos y los españoles en tierra firme.
Además, con la llegada del Año Nuevo Lunar chino, que se celebra el 10 de febrero, y el tradicional aumento de la demanda que conlleva este período, el coste del transporte marítimo podría aumentar aún más drásticamente, propiciando un incremento mayor de los precios de los fletes durante las próximas semanas.
De esta forma, la patronal del gran consumo muestra su «preocupación» por el aumento de costes que están sufriendo y que, de persistir en el tiempo, «podrían llegar a repercutir directamente en el precio final del producto», algo que el sector «desea evitar» para no alimentar el actual contexto inflacionista.
TENSIÓN EN LAS ALIANZAS DE OCCIDENTE
Además, ha puesto a prueba varias alianzas políticas. Las diferencias de opinión en cuanto a cómo abordar el conflicto de Israel con Palestina tras los atentados de Hamás el pasado mes de octubre ha puesto a varios países de la alianza occidental en una situación delicada. Uno de ellos es España, donde la alianza de Gobierno se ha puesto abiertamente del lado palestino en la guerra, e incluso el Rey Felipe VI ha asumido en su discurso la famosa «solución de dos estados» que busca separar el territorio en conflicto.
Pero esto ha hecho más complicado que se tome una posición firme en cuanto a cómo abordar la situación del mar Rojo. De hecho, aunque al ser parte de la OTAN y de la Unión Europea hay formas de presionar al país, España ha sido uno de los países que se oponen a las medidas de Estados Unidos y Reino Unido sobre el Mar Rojo, con el PSOE y SUMAR tratando de mantener la distancia con cualquier ataque en medio oriente.
Pero Pedro Sánchez ha cambiado la posición en vista de la crisis, de hecho, se ha mostrado dispuesto a «estudiar» la propuesta de Estados Unidos de que España pueda participar con oficiales de enlace en la misión que lidera Washington para proteger la navegación en el mar Rojo frente a los ataques de los rebeldes hutíes, después de haber rechazado desde el principio formar parte de la misma.
«Vamos a estudiar ahora la propuesta que nos están haciendo» desde Washington, ha comentado el presidente en una entrevista en RNE, recogida por Europa Press, al ser preguntado por la petición que habría trasladado la Administración de Joe Biden al Gobierno español de que al menos esté presente con oficiales de enlace aunque no envíe barcos ni efectivos, según informó ‘La Vanguardia’.
EL MAR ROJO SEÑALA LAS NUEVAS TENSIONES PARA EUROPA
Lo cierto es que para España y Europa la situación es más que delicada. Los efectos en la economía, y en la posición política del país y del continente pueden ser complicados de asumir. Ya cuando Zapatero decidió retirarse de Iraq el país quedó en una situación complicada en cuanto a sus alianzas militares y geopolíticas. Dado que Sánchez tiene interés en aumentar su peso como líder internacional, un choque diplomático con Estados Unidos no es una buena idea.
Es complicado predecir los próximos pasos de todos los participantes en el juego. Pero lo cierto es que ya es evidente que la crisis de Gaza tendrá un efecto directo en la situación económica de Europa, que sumada a la invasión rusa de Ucrania deja a todo el continente en una situación especialmente complicada.