Cáritas atendió en 2020 a un total de 13.096 personas en Vizcaya en 245 proyectos, el 55% de las cuales eran mujeres y el 39% llegaron por primera vez a la organización.
En este sentido, han asegurado que el «parón económico que se produce en 2020» como consecuencia de la pandemia «y que todavía no se ha reenganchado, ha arrojado a la pobreza a personas que antes ya vivían en la precariedad» y ha hecho que «personas que no necesitan de Cáritas, ni siquiera de servicios sociales, de la noche a la mañana» han tenido que estar «en circuitos de Cáritas».
Cáritas Vizcaya destinó un total de 14.462.000 euros al desarrollo de proyectos de lucha contra la pobreza y la desigualdad en el Territorio, realizó una inversión social en ayudas económicas directas por valor de 3,2 millones de euros y se marca como objetivo generar en 2021 una nueva dotación de un fondo de emergencia de 2,5 millones de euros para responder a las consecuencias sociales del covid-19 a corto y medio plazo.
La organización ha presentado este vienes la Memoria Anual 2020, cuyo objetivo es dar a conocer los datos más significativos de la intervención de Caritas Vizcaya durante 2020, reflejo de la situación en la que se encontraron las personas acompañadas durante ese período marcado por la pandemia.
En la rueda de prensa en Bilbao han tomado parte el director de Cáritas Vizcaya, Carlos Bargos, y Ana Sofi Telletxea, responsable del departamento de Análisis y Desarrollo de la organización.
Esta última ha indicado que las personas nuevas que han acudido en el caso de Cáritas Bizkaia, auque la perspectiva es compartida con Cáritas Álava y Gipuzkoa, es el «factor de exclusión que ha tenido la economía informal y el empleo precario.
En ese sentido, ha asegurado que «ese parón económico y laboral que se produce en 2020 y que todavía no se ha reenganchado ha arrojado a la pobreza a personas que antes ya vivían en la precariedad». Según ha dicho, «la pérdida no es progresiva, es de golpe» de tal forma que se ha pasado «de una integración precaria, de personas que no necesitan de Cáritas, ni siquiera de servicios sociales, a «de la noche a la mañana, tener que estar en circuitos de Cáritas».
«LLOVER SOBRE MOJADO»
Junto a ello, según ha dicho, en los colectivos «de siempre» atendidos por la organización, han aparecido «nuevas necesidades y nuevas realidades, pero que se suman, es un llover sobre mojado» y a su juicio, «la acumulación y el mantenimiento en el tiempo de las situaciones de precariedad genera mayor gravedad y hace más daño que la sola suma de los factores».
Ha asegurado también que el 39% de personas que han acudido por primera vez a Cáritas sigue estando en esa situación, porque la «irrupción en situaciones de necesidad se produce muy rápidamente y la salida es muy lenta» por lo que esas personas continúan en los circuitos de la organización católica y «puede ser una relación intermitente, de entrada y salida, en la medida en que no se estabilicen los factores de integración más habituales», como son protección social y empleo y vivienda».
Por su parte, Bargos ha recordado que la Memoria Anual 2020 se presenta en el marco de la Semana de la Caridad, en la que según ha dicho, se reconoce cada año el «papel fundamental del voluntariado» y que incluye en Cáritas Vizcaya a más de 2.000 personas.
INTERVENCIÓN «PERSONA A PERSONA»
Ha indicado también que la intervención de la organización el pasado año ha sido «tan distinta», tan «condicionada por la situación de pandemia, que no es posible y no es recomendable hacer una comparativa respecto de otros años», porque se ha producido una intervención «muy individualizada, persona a persona».
Según ha dicho, en marzo de 2020, Cáritas se encontró con «miles de personas y familias desprotegidas, muchas procedentes de la economía informal, que, de un día para otro se quedan sin trabajo, sin recursos y sin protección» y «muchas de ellas sin derecho a cuenta bancaria» y acuñó el lema de «La solidaridad no cierra».
Los datos de la memoria indican, ha informado Telletxea, que en Cáritas Euskadi a los largo de 2020, se ha acompañado a 27.600 personas, de las cuales, prácticamente el 60% fueron mujeres, con una inversión económica de casi siete millones de euros y con «el apoyo y el compromiso» de 3.666 voluntarios.
Del total de 27.600 personas atendidas a nivel de Euskadi, 13.096 fueron las acompañadas en Cáritas Vizcaya, el 55% de ellas fueron mujeres y de ellas un 39% eran personas que «llegaron por primera vez a Cáritas en 2020». Ha indicado también que el trabajo desarrollado por la organización ha sido «integral», con distintas áreas de actuación como la acogida integral, el acompañamiento y atención a personas sin hogar o el empleo y la economía solidaria.
La inversión total realizada por Caritas Vizcaya en proyectos de lucha contra la pobreza y exclusión en Vizcaya en 2020 ha sido de 14,4 millones de euros que han sido destinados principalmente al área de Personas Sin Hogar (2,7 millones de euros); al área de acogida integral (3,6 millones) y al área de empleo y economía solidaria (1,7 millones).
La entidad ha agradecido la participación «comprometida y desinteresada de 1.922 personas voluntarias» (80% mujeres) con 156 nuevas incorporaciones y la colaboración económica de la sociedad vizcaína, representada por 5.248 personas socias y colaboradoras (51% mujeres).
Los hogares unipersonales atendidos han sido el 29,91%, mientras que los hogares monoparentales han sido el 20,60%. Por su parte, la realidad de familias con menores encabezadas por mujeres está muy presente y en 2020, un total de 6.267 personas acompañadas pertenecían a familias con menores, de las cuales, un 43% eran familias monoparentales principalmente encabezadas por una mujer.
MENORES
La acción de Caritas llegó además a 3.224 menores (41% mujeres) y a 1.432 jóvenes (49% mujeres), lo que sitúa en un 35% el porcentaje de las personas acompañadas en 2020 que eran menores de 25 años.
Junto a ello, el 59% de las personas acompañadas eran en 2020 por Cáritas Vizcaya eran personas autóctonas y personas migrantes en situación regularizada.
Por su parte, 6.448 personas fueron acompañadas en los 79 puntos de acogida integral distribuidos en Vizcaya y de ellas, el 82,19% fueron apoyadas con ayudas económicas para alimentación y subsistencia y el 28,97% para apoyo relacionado con la vivienda.
Además, Cáritas atendió a 1.649 personas sin hogar, de las que un 17% fueron mujeres, 147 jóvenes en situación de vulnerabilidad social y riesgo de exclusión.
Del mismo modo, 523 menores reciben apoyo socio-educativo y 454 padres y madres son asesoradas para el desempeño de la tarea educativa con sus hijos.
En el caso de los mayores y a sus familias, se acompañó a 415 personas ancianas (79% mujeres) y a 94 familiares cuidadores, al tiempo que también se acompañó en el acceso a un empleo digno a 2.342 personas (66% mujeres) y fueron 1.619 las personas atendidas en los servicios de intermediación laboral que lograron insertarse laboralmente en el mercado de trabajo.
Los responsables de Cáritas han asegurado que los «retos sociales y económicos» que la situación de crisis sanitaria deja son la «apuesta por empleos decentes», y la erradicación de la pobreza, así como abordar el problema de la vivienda «entendiéndola como un derecho para la vida digna y no como un bien exclusivamente mercantil» o reforzar las redes comunitarias.
Por ello, han defendido el derecho de todas las personas a disponer de una cuenta bancaria básica, así como a la inclusión digital, a fin de superar la brecha digital.