Era solo una gota. Una señal que parecía inofensiva… hasta que dejó de serlo. Así empiezan muchas fugas de agua: son pequeñas, casi invisibles, pero con el don de convertirse en un serio problema en cuestión de minutos. Algo que, por supuesto, debemos tratar de evitar a toda costa en nuestro hogar.
Tal y como advierten desde fontaneros Durango, la mayoría de personas se ven desbordadas al momento en el que aparece una fuga de agua seria. Algo que se debe más al desconocimiento que a la falta de voluntad, pero que debe abordarse con seriedad. Saber qué hacer en esos primeros instantes en los que aparece una fuga puede marcar la diferencia entre un sustillo y una reparación de daños estructurales. Y sí, aquí te vamos a ayudar con eso con una guía paso a paso.
Cortar el paso del agua: la medida más urgente
Lo primero que hay que hacer en caso de fuga es cerrar la llave de paso general de la vivienda. Parece obvio, pero en este momento de estrés, muchas personas se olvidan de eso y pueden ni recordar dónde está (búscala si todavía no sabes dónde se encuentra).
Es algo casi tan importante como tener un extintor en casa, al igual que localizar las llaves secundarias para casos puntuales. Tenlos presentes para acudir a estas llaves en el momento en el que surja una fuga para que el agua deje de correr. Una vez cortes el suministro, llega el siguiente paso: desconectar aparatos eléctricos que haya cerca de la zona afectada.
Enchufes, regletas, electrodomésticos… quítalo todo rápidamente. La mezcla de agua y electricidad nunca es buena.
Localizar el origen sin provocar más daños
Con el flujo de agua controlado, puedes intentar localizar el origen de la fuga. Si está a la vista, como un grifo goteando, un latiguillo suelto o una manguera mal conectada, la solución puede ser relativamente sencilla.
El problema llega cuando el agua aparece sin un punto de fuga claro, o cuando surge de una pared, del techo o del suelo. En esos casos, lo más recomendable es no tocar nada y dejar que los profesionales se encarguen de inspeccionar para actuar. Nunca abras una pared a ciegas, porque eso puede extender la humedad, provocar que rompas más tuberías y hacer que, al final, la inevitable reparación salga mucho más cara.
Contener la fuga mientras llega la ayuda
Mientras esperas a que venga el fontanero, debes minimizar daños. Estas son algunas de las cosas que puedes hacer:
- Secar el agua acumulada para evitar filtraciones a otras plantas.
- Retirar muebles, alfombras u objetos que puedan estropearse.
- Ventilar la estancia para reducir la humedad ambiental.
- Colocar toallas, cubos o una palangana en la zona de goteo.
Si tienes suelos de madera, tarima o techos de escayola, el tiempo juega especialmente en tu contra. Cuanto antes se actúe, menos consecuencias habrá después.
Llama a profesionales cuanto antes
Como destacan los expertos, uno de los errores más comunes es intentar una reparación improvisada con cinta aislante, selladores rápidos o piezas inadecuadas. Puede parecer que funciona… hasta que deja de hacerlo, casi siempre con peores consecuencias.
Por eso, los especialistas recomiendan contactar con un fontanero profesional cuanto antes. Además, si tienes contratado un seguro de hogar, debes notificar la incidencia de inmediato adjuntando fotografías de lo que pasa. Así, luego te será más fácil gestionar la cobertura y recibir la ayuda correspondiente..
¿Por qué aparecen estas fugas repentinas?
En realidad, las fugas rara vez son tan repentinas como parecen. Detrás de ellas suele haber uno o varios de estos factores:
- Tuberías y juntas envejecidas.
- Cambios bruscos de presión.
- Acumulación de cal y suciedad.
- Falta de mantenimiento.
- Movimientos estructurales del edificio.
Muchos edificios en los que vivimos tienen instalaciones que acumulan décadas de antigüedad y que son mucho más propensas a tener este tipo de problemas, por eso es conveniente hacer inspecciones periódicas.
Señales de alerta que no deberías pasar por alto
Antes de que llegue esa molesta fuga, suelen haber pequeñas señales silenciosas que se deben vigilar:
- Disminución de la presión del agua.
- Ruidos dentro de las paredes sin explicación.
- Manchas o círculos de humedad en techos y paredes.
- Olor constante a humedad.
- Facturas de agua anormalmente altas.
Ignorar estas señales puede acabar convirtiendo una reparación sencilla en una obra bastante seria.
Prepárate hoy para evitar el susto mañana
Contar con un pequeño plan de actuación es más útil de lo que parece. Lo ideal es que todos en casa sepáis:
- Dónde están las llaves de paso.
- El contacto de un fontanero de confianza.
- La importancia de realizar revisiones preventivas.
- Cómo reconocer los primeros signos de una fuga.
- Que las reparaciones nunca deben posponerse.
Una simple revisión puede evitar daños estructurales, grandes gastos… y más de un dolor de cabeza.
Control, rapidez y ayuda especializada
Las fugas de agua pueden ser muy estresantes, sí, pero no tienen por qué convertirse en un desastre. Aplicando los pasos adecuados y contactando con los profesionales que toquen, tendrás la situación bajo control.
Recuerda que proteger una vivienda es responsabilidad exclusiva de sus propietarios, y que tener asesoramiento experto hace las cosas mucho más fáciles, sobre todo cuando hay agua de por medio.







