Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero han decidido poner fin a una de las relaciones más influyentes del tenis español. La separación, confirmada recientemente, no se debe a un impulso ni a un conflicto pasajero, sino a diferencias surgidas durante la negociación del contrato que mantenía a Ferrero como entrenador principal del número uno del mundo.
El anuncio llega en un momento sensible del calendario, a pocas semanas del Open de Australia. Alcaraz cerró 2025 con ocho títulos y un palmarés que ya suma 24 trofeos, incluidos seis Grand Slams, cifras que destacan el impacto deportivo de la ruptura.
Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero separan caminos a pocos días del Open de Australia
La historia entre ambos empezó en 2018, cuando Alcaraz tenía 15 años. Ferrero decidió apostar por el joven español, dejando de lado otros jugadores consolidados, convencido de su talento. Bajo su tutela, Alcaraz alcanzó hitos históricos: se convirtió en el número uno más joven de la historia y se mantuvo en la cima del ranking durante 50 semanas.
Más allá de lo profesional, la relación tuvo un componente humano muy fuerte. Alcaraz ha descrito a Ferrero como un "segundo padre", y el propio técnico mostró su compromiso en numerosas ocasiones, como cuando viajó a una final en Miami apenas horas después del entierro de su padre. Este vínculo explica el tono del mensaje de despedida del jugador, donde agradeció a "Juanki" por ayudarle a cumplir sus sueños y enseñarle a disfrutar del proceso.
Aunque la causa principal fueron las diferencias contractuales, ambos reconocen la importancia de lo logrado juntos. Ferrero declaró que le hubiera gustado continuar, mientras que Alcaraz valora que la separación se produzca mientras él está en la cima del tenis, cerrando el ciclo desde lo más alto.
Las diferencias no son solo contractuales
El relevo en la dirección técnica será Samuel López, mano derecha de Ferrero y con experiencia en la carrera de Pablo Carreño, donde consiguió el bronce olímpico en Tokio 2020. López ya estaba integrado en el equipo desde finales de 2024 y ahora se hará cargo del proyecto de Alcaraz, asegurando continuidad y preparación de cara a la temporada que comienza.

El objetivo inmediato es el Open de Australia, el único Grand Slam que falta en el palmarés de Alcaraz. Con la nueva dirección, el tenista mantiene su impulso en la élite mundial, listo para afrontar un nuevo ciclo sin Ferrero pero con la experiencia y el legado del histórico entrenador como base de su éxito.
- Más información: El gran año de Alcaraz y las claves que todavía debe perfeccionar.






