Ter Stegen vuelve al primer plano en el FC Barcelona de Hansi Flick y reabre un debate que parecía apagado. Cuatro meses después de dar un paso al costado en verano para facilitar la inscripción de Joan García, el guardameta alemán ha regresado a las convocatorias con una idea clara: no marcharse y pelear por un sitio hasta el final de su contrato.
Su retorno coincide con un escenario incómodo para el club, que no contempla una salida sencilla, y con un cuerpo técnico que tiene muy definida la jerarquía bajo palos.
Ter Stegen vuelve a la convocatoria de Flick con el Barça
En el verano de 2025, Ter Stegen aceptó firmar el certificado médico que permitió inscribir a Joan García en LaLiga. Fue un gesto clave para evitar un nuevo aval millonario por parte de la directiva en plena batalla con el fair play financiero. En aquel momento, el primer capitán entendió la situación del club y colaboró, aunque el movimiento ya anticipaba un cambio profundo en la portería azulgrana. Hoy, con el alemán de vuelta, el incendio amenaza con reavivarse.
Hansi Flick ha sido claro, aunque sin pronunciar sentencias definitivas. En la previa del partido ante Osasuna evitó hablar de portero titular y suplente, pero dejó un mensaje contundente: "Joan es el número uno. No lo vamos a cambiar, lo está haciendo muy bien”. Una declaración que sitúa a Ter Stegen en un papel secundario, al menos de inicio, y que apunta a la Copa del Rey como posible escenario para despejar incógnitas, empezando por el duelo ante el Guadalajara de este próximo martes.
Ter Stegen no está dispuesto a renunciar a su contrato hasta 2028 ni a perdonar un solo euro
A sus 33 años, Ter Stegen no contempla regalar su contrato. El alemán ya asumió sacrificios económicos importantes en el pasado, con diferimientos salariales en las renovaciones firmadas en 2020 y 2023. Esos aplazamientos están incorporados a su vínculo actual, que se extiende hasta 2028, y el guardameta no está dispuesto a renunciar a lo que considera legítimo. Según informan medios catalanes, no perdonará ni un euro en caso de que el club intente pactar una rescisión.
Esa postura condiciona cualquier movimiento. En el Barça son conscientes de que forzar una salida sería costoso y poco práctico. Por eso, el plan de Joan Laporta pasa por no intervenir: no buscarle destino, no presionar, no facilitar una marcha. Una estrategia de desgaste silencioso que deja al jugador ante una elección compleja: quedarse como alternativa, con minutos inciertos, o buscar una solución fuera que, hoy por hoy, difícilmente igualaría sus condiciones económicas.
Hansi Flick mantiene la apuesta por Joan García
Desde el punto de vista deportivo, el escenario tampoco es sencillo para el alemán. Ter Stegen sabe que necesita jugar si quiere llegar con opciones reales al Mundial de 2026. Tras la retirada de Manuel Neuer, Julian Nagelsmann considera clave que el portero tenga continuidad en su club para aspirar a la titularidad con Alemania. Permanecer en el banquillo del Camp Nou no parece la vía ideal, pero salir solo tendría sentido bajo una condición: ser primer portero. Una cesión en enero no está descartada, pero únicamente si cumple ese requisito.
Mientras tanto, Flick mantiene su apuesta por la meritocracia. Joan García ha respondido con rendimiento y regularidad, y el técnico no parece dispuesto a alterar una estructura que funciona. Ter Stegen, por su parte, se agarra a su experiencia, a su liderazgo en el vestuario y a la posibilidad de que el curso todavía reserve giros inesperados, como ya ocurrió con la lesión de menisco de su compañero en septiembre.
El Barça, atrapado también entre las limitaciones económicas, vuelve a tener un problema abierto en la portería. Ter Stegen no se va, Flick no cede y Laporta no mueve ficha. Un momento frágil que se mantendrá, al menos, hasta que el calendario o el mercado obliguen a tomar una decisión.
