Hubo solo dos partidos en la noche de la NBA, pero bastaron para entregarnos un espectáculo memorable. Con tres MVP sobre la pista, múltiples prórrogas y actuaciones de altísimo nivel, el protagonismo recayó en Shai Gilgeous-Alexander (que dio el primer golpe en el duelo ante Indiana Pacers) y en Stephen Curry, que respondió con creces para recordarnos que sigue siendo una superestrella.
El canadiense, que ya había firmado un gran debut de temporada con dos prórrogas incluidas, volvió a superarse con una actuación que rozó lo imposible.
Shai Gilgeous-Alexander enciende la NBA con una actuación descomunal
Gilgeous-Alexander se fue hasta los 55 puntos, la mayor anotación de su carrera, para liderar a los Oklahoma City Thunder en un triunfo agónico ante los Indiana Pacers (135-141). Fue un duelo vibrante, de ritmo altísimo y con alternativas constantes, que se decidió en los últimos instantes gracias a la sangre fría del base de los Thunder.
Shai llegaba con la energía al límite tras disputar dos prórrogas la jornada inaugural, y esta vez no se conformó con anotar 35 puntos: se fue hasta los 55, récord personal que asusta por lo pronto.

Aun así, la victoria no fue fácil. En un partido parejo hasta el final, él tiró del carro incluso en tiempos extras, sumando nueve puntos decisivos para guiar a Oklahoma City Thunder hacia un triunfo por 135–141 frente a unos Pacers que nunca bajaron los brazos.
Los Pacers resistieron con orgullo y ofrecieron una imagen más que competitiva pese a la baja de su gran estrella, Tyrese Haliburton. Pascal Siakam firmó 35 puntos y 14 rebotes, mientras que Bennedict Mathurin aportó 36 tantos y mucha energía en los minutos decisivos.
Gilgeous-Alexander lidera otra vez a los Oklahoma City Thunder
Sin embargo, ni siquiera esa dupla pudo frenar a un Shai inspirado, que además de anotar con facilidad, mantuvo el liderazgo y la calma en los momentos más calientes del encuentro. En los tiempos extra, el canadiense sumó nueve puntos más, decisivos para asegurar la victoria. Fue una noche mágica, de esas que dejan huella en la liga.
Para Indiana, la derrota fue un golpe duro, pero no exento de moraleja: compitieron con ferocidad gracias al esfuerzo de Pascal Siakam (35 puntos y 14 rebotes) y la explosividad de Bennedict Mathurin (36 tantos).
El problema es que la lesión de Tyrese Haliburton les aleja de aspiraciones mayores, aunque esa noche demostraron que pueden medirse con equipos top. "En 49 estados es solo baloncesto, pero esto es Indiana", comentó muy implicado.
Los Nuggets dominaron el primer tiempo con un Jokic que se encaminaba a un triple-doble (21 puntos, 13 rebotes, 10 asistencias). Pero los Warriors resistieron, incluso después de ir perdiendo por 13 puntos. Curry, al mando, incendió el partido con sus triples, anotando 42 puntos, e impulsó a su equipo hacia una prórroga donde los de Colorado no pudieron responder. El resultado final: 137-131 a favor de Golden State.
Esa noche la NBA demostró una vez más por qué es el mejor espectáculo del mundo del deporte. Menos partidos que de costumbre, sí, pero con dramas, épica, talentos a flor de piel y remontadas. Shai Gilgeous-Alexander golpeó primero y Stephen Curry se la devolvió con rapidez. A eso le llamamos puro baloncesto.
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