Jimmy Kimmel sabía que enfrentarse a Trump podría costarle caro: Lo que anticipó el «monaguillo» de Brooklyn antes de su cancelación 

La carrera de Jimmy Kimmel es un ejemplo de cómo la televisión nocturna en Estados Unidos puede ser una plataforma de éxito, pero también un escenario de riesgo cuando el poder político entra en juego. 

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El presentador, Jimmy Kimmel, conocido por su estilo satírico, ha sido suspendido tras sus comentarios sobre la muerte de Charlie Kirk y sus críticas a Donald Trump. Su historia es la de un niño católico de familia inmigrante que soñó con entretener y que, con esfuerzo, llegó a lo más alto de la televisión estadounidense. Hoy, su futuro es incierto.

Desde 2016 advirtió que no dejaría de hacer chistes sobre el entonces presidente y que, si debía elegir, priorizaría la libertad de expresión. Tras años de tensiones, la cadena ABC suspendió su programa ‘Jimmy Kimmel Live!’, de forma indefinida después de un comentado monólogo en el que cuestionó el papel del movimiento MAGA en la muerte de Charlie Kirk.

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La rivalidad con Trump y la caída de los grandes del late night

La rivalidad con Trump y la caída de los grandes del late night
La rivalidad con Trump y la caída de los grandes del late night | Fuente: Europa Press

El escenario de los late shows estaba dominado por tres nombres: Stephen Colbert, Jimmy Fallon y Jimmy Kimmel. Los tres con estilos distintos, pero con una coincidencia inamovible: el humor político y la sátira. La llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017 marcaría un antes y un después.

Colbert fue el primero en caer, señalado por sus críticas al presidente. Años después le siguió Kimmel, suspendido de forma indefinida tras su último monólogo. Solo Fallon sigue al aire, aunque Trump ya ha anticipado que podría ser el siguiente.

Kimmel sabía lo que le esperaba desde el inicio. «Si no podía contar chistes sobre Trump, dejaría el programa», confesó que le dijo a los ejecutivos de ABC en 2016. Pese a las advertencias de que perdería audiencia, se mantuvo firme en su decisión. La pérdida de rating fue real, pero para él, la prioridad era ejercer la libertad de expresión.

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