Recibir una multa de la DGT por exceso de velocidad es una de las notificaciones más temidas, pero lo que muchos no saben es que existe un pequeño resquicio legal basado en la física. ¿Y si te dijéramos que el radar que te apunta no siempre dispara cuando tu velocímetro marca un kilómetro por hora de más? La clave está en la conocida como regla del 5 y del 7, y es que la Dirección General de Tráfico aplica un umbral de tolerancia conocido como la regla del 5 y del 7, que muy pocos conductores conocen en detalle.
Este conocimiento puede cambiar por completo tu forma de ver los cinemómetros en la carretera y, sobre todo, proteger tu cartera de una desagradable sorpresa. No se trata de una leyenda urbana ni de un truco para burlar la ley, sino de una cuestión técnica que, bien entendida, puede salvarte de una multa. De hecho, saberlo puede marcar la diferencia entre una simple anécdota al volante y una dolorosa sanción económica que afecte a tu bolsillo. ¿Estás seguro de que sabes a qué velocidad real salta el flash?
¿UN TRUCO SECRETO ESCONDIDO A PLENA VISTA?
Muchos lo consideran un secreto a voces, una información que solo manejan los más avispados al volante, pero la realidad es mucho más sencilla y transparente de lo que parece. No estamos ante una fórmula mágica, sino ante una garantía para el ciudadano, y es que el margen de error de los radares es una garantía técnica y jurídica para el conductor, no un truco para correr más. Entenderlo es, simplemente, ejercer tu derecho a estar informado y evitar una multa injusta.
De hecho, la propia Dirección General de Tráfico es quien establece estos umbrales para curarse en salud ante las posibles imprecisiones de los aparatos de medición. Entender esta salvaguarda te coloca en una posición de ventaja, ya que te permite comprender a qué velocidad real se activa la fotografía que origina la infracción de tráfico. Este conocimiento es fundamental para saber si has sido sancionado correctamente o si tienes base para recurrir.
LA FAMOSA REGLA DEL 7: TU ALIADA EN CARRETERA

Aquí está el núcleo de la cuestión, la información que puede ahorrarte un buen disgusto: la regla del 7. Para velocidades inferiores o iguales a 100 km/h, se aplica un margen fijo, y es que el radar no se activará hasta que superes en 7 km/h el límite establecido en la vía. Por ejemplo, en una zona de 50 km/h, la fotografía no saltará hasta que circules, como mínimo, a 58 km/h. Conocer este dato es vital para evitar una multa.
La cosa cambia ligeramente cuando circulamos por encima de los 100 km/h, donde el margen de error pasa a ser porcentual para adaptarse a velocidades superiores. En estas vías, la DGT aplica un margen del 7 % sobre la velocidad máxima permitida para sancionar al conductor. Esto significa que en una autovía limitada a 120 km/h, la sanción por exceso de velocidad no llegará hasta que tu vehículo sea detectado a 128,4 km/h.
¿Y QUÉ PASÓ CON LA REGLA DEL 5?
Si tienes cierta edad o llevas muchos años conduciendo, es muy probable que recuerdes la famosa «regla del 5», que era la que se aplicaba antiguamente en nuestro país. Este criterio era algo menos generoso con el conductor, y es que los radares fijos más antiguos aplicaban un margen de 5 km/h para límites hasta 100 km/h y del 5 % para velocidades superiores. Esta diferencia, aunque parezca pequeña, era suficiente para provocar más de una sanción.
La DGT decidió unificar estos márgenes para ofrecer una mayor seguridad jurídica y simplificar el sistema, estableciendo la regla del 7 como el estándar para la mayoría de dispositivos. Con esta medida, se buscaba evitar la confusión generada por la coexistencia de diferentes umbrales de tolerancia en las carreteras españolas. Así, se acababa con la incertidumbre de no saber a qué atenerse ante un cinemómetro y se evitaba una posible multa por desconocimiento.
NO TODOS LOS RADARES JUEGAN CON LAS MISMAS REGLAS

Es importante tener claro que estos márgenes se aplican a los radares fijos, de tramo y móviles, siempre que estos últimos estén instalados en un punto estático o en un vehículo parado. Sin embargo, la tecnología avanza sin descanso, y los temidos helicópteros Pegasus utilizan un sistema de medición diferente con sus propios márgenes de error, que suelen ser más ajustados. Por eso, confiarse en exceso nunca es una buena estrategia para evitar una sanción.
Además, los llamados radares de tramo calculan tu velocidad media entre dos puntos kilométricos, por lo que el margen de error se aplica sobre ese promedio. De nada sirve frenar justo antes del segundo pórtico, ya que el sistema registrará si tu velocidad media en todo el sector ha superado el límite más el umbral de tolerancia correspondiente. Esta es una de las infracciones más difíciles de recurrir si has sido cazado.
SABER ESTO NO ES UNA EXCUSA, SINO UNA DEFENSA
La finalidad de conocer la regla del 5 y del 7 no es apurar los límites de velocidad hasta el extremo, sino conducir con la tranquilidad de saber cómo funciona el sistema. Al final, la seguridad vial depende de la responsabilidad de cada uno, no de exprimir los márgenes legales. Usar esta información como una excusa para correr es una interpretación peligrosa y errónea que puede acabar costando muy cara, mucho más que una simple notificación.
Por tanto, la próxima vez que veas un radar, recuerda que tienes un pequeño colchón técnico a tu favor, un derecho que te asiste como conductor. No es un salvoconducto para la imprudencia, sino una garantía de precisión ante un sistema automatizado. Y es que comprender las reglas del juego es el primer paso para poder defenderte con argumentos sólidos si alguna vez recibes una notificación de la DGT que consideras injusta y que puede acabar en una importante sanción